Club electivo de manualidades. Nada podría salir mal. Las referencias de esa clase eran lo suficientemente buenas para que cualquiera que necesitara cursar una clase sencilla y tranquila lo hiciera sin necesidad de prerrequisitos o de haber avanzado mucho en la carrera.
—Recuerden que este curso inicia hoy y no recibirá ningún estudiante más. Algunos materiales que usaremos los encontrarán en la bodega que queda en el sótano del edificio. —El profesor levantó su dedo para enfatizar algo importante—. Les informaré cuando deben comprar los materiales por sí mismos.
No será un problema, es mejor eso a tener que preparar un montón de ensayos o exámenes memorizando cada fecha, autor y contexto que al profesor o tutor se le antojase. Después de todo, ya estoy terminando mi carrera y ya estoy de paso por la universidad.
—Sin más que agregar, le doy la bienvenida al club más reconfortante del país, "YouandmeArt"
Las primeras dos semanas fueron tranquilas, demasiado. Empezamos con unos dobleces simples de origami. Era un poco torpe con las manos, así que fue un reto pese a que no se avanzó en gran cosa. Algunos murmullaban cosas y dudaban de las habilidades del profesor. Sin embargo, el salón se tornó en silencio cuando una de las administradoras académicas lo llamó para susurrarle algo al oído. El profesor no tardó en comprender la situación y se dirigió a nosotros.
—Escuchen todos. Pese a que sea una política de la universidad no admitir estudiantes después del periodo normal de inscripciones, se hará una excepción aquí.
Los murmullos se transformaron en sonidos de asombro y de inquietud.
—Démosle una calurosa bienvenida a la estudiante de medicina Fukuda Ichika.
Entonces una chica entró por la puerta; caminaba con delicadeza mientras su cabello color castaño oscuro, con un poco de ondulaciones, se movía como si tuviese vida. Sus ojos color miel estaban delineados con extremo cuidado, así como su boca que destellaba un suave color rosado.
—Buenos días para todos. Mi nombre es Fukuda Ichika. Estoy cursando mi penúltimo año de medicina y espero que pueda llevarme muy bien con todos ustedes y pueda aprender muchas cosas en la clase. —terminó haciendo una inclinación.
Si tuviera que describirla con una palabra sería suavidad, su voz, sus movimientos y sus palabras eran incapaces de pesar o de parecer molestas para los demás, todo lo contrario. Hasta su forma de vestir era sencilla y pulida; llevaba una blusa de color azul oscura combinada con unos pantalones blancos que le llegaban hasta los tobillos, junto con una camisa larga desabotonada y de color negro.
—Es un gusto tenerte aquí Fukuda, te sentarás en el único y conveniente lugar al lado del señor...
—Suzuki—dije apresurado.
—Exacto ese mismo.
—Muchas gracias, señor Nakamura. Tenga la certeza de que daré mi mejor esfuerzo en su clase —dijo al mismo tiempo que hacía una reverencia.
Entonces, mientras pasaba por los pupitres, su piel blanca se llevaba todos los suspiros de los estudiantes hombres, las chicas en cambio, se dedicaron a mirar, la mayoría con envidia.
Al llegar a su lugar, me dirigió una pequeña sonrisa mientras tomaba asiento con la misma suavidad con la que caminaba. Mentiría si digo que no me puse nervioso, ni sé si le devolví la sonrisa o solo me quedé viéndola como tonto. Pero si algo es cierto es que su belleza se llevó la atención de todos mis sentidos; era imposible prestar toda la atención necesaria al profesor Nakamura, mi cuerpo y mi mente estaban dirigidos a no hacer ningún movimiento extraño o desagradable, no sería digno hacer algo como toser o mostrar ansiedad, si al lado tenía a la chica más hermosa que habían visto mis ojos.
—Bien, antes de terminar la clase de hoy le pediré a dos de ustedes que le digan a la señorita Fukuda lo que hemos hecho hasta ahora.
Inmediatamente todos los chicos y algunas chicas levantaron la mano.
—Bueno, veo que hay muchos interesados, ¿Fukuda, que te parece si eliges a tus tutores de un solo día?
Cuando el profesor terminó de hablar, cada estudiante se giró a la esquina donde estábamos sentados ambos. Yo no levanté la mano, no me sentí con la fuerza para hacerlo y además al ver que el resto lo hizo de manera casi que instantánea me quitó la posibilidad de reacción.
—Mmm. Creo que lo mejor sería hablar con mi compañero Suzuki y... ¿Me recuerdas tu nombre? —inclinó su cabeza al mirar a la chica que tenía delante.
—¿Y-Yo?
—Sí, bonita, tú.
—Emi Kimura.
Para ese momento no sabía lo que vendría en el futuro, tan solo había inscrito esa clase para completar mis créditos en la carrera y simplemente estar de paso, no me interesaba conocer a nadie más, ni tan siquiera sacar un buen promedio de calificaciones, pero como si el destino lo quisiera, de no ser por esa clase, no habría aprendido la lección más valiosa de mi vida.
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Mi corazón en tu boca
عاطفيةTatsuki Suzuki está de paso en la universidad al ya estar a punto de terminar su carrera, sus amigos ya la habían finalizado, además, su primera y última exnovia lo había dejado hace tan solo unos meses, pero todo cambió cuando ingresó al club de ma...