Ichika quedó fascinada con la manera en que Emi le explicó los dobleces simples que aprendimos en clase, y por su cuenta le explicó también cómo hacer unos lindos moños con cintas de tela para decorar cartas con algún destinatario o simplemente para adornar libretas y cuadernos. Al final de la clase, Emi se despidió con una gran actitud, cosa que era totalmente opuesta a lo que aparentaba y se conocía de ella, yo no era muy sociable, pero el caso de Emi era diferente; parecía incluso que se alejara de las personas y para nada tenía pensado charlar con alguien.
—Muchas gracias, Emi-chan, fuiste muy amable y espero verte la próxima clase para que hagamos moños juntas y decoremos nuestros cabellos—dijo Ichika al tiempo que inclinaba su cabeza hacia la derecha con amabilidad.
De manera torpe y tartamudeando, Emi respondí sonrojaba y además, trataba de ocultar sus ojos entre sus lentes:
—Gr-Gracias, Fukuda-san, n-nos vemos.— Se alejó con prisa mientras el flequillo negro de su frente bailó de un lado para otro.
Me ignoró, pero no la culpo, después de todo solo había hablado a profundidad con Ichika.
—Y... ¿Tú qué harás, Tatsuki-kun?
Me tomó desprevenido, creía que solo se iba a despedir.
—Oh-Oh, pues yo, iré a mi casa, solo tenía esta clase hoy.
—Hace una linda mañana, ¿no crees?
—Supongo.
Pasé saliva, no tenía la menor idea de qué responder, me agobiaba un poco el hecho de no parecer interesado en lo que ella decía, así que...
—Si vas a un sitio cerca... te puedo acompañar, no tengo mucha necesidad de llegar temprano a casa.
—Gracias, eres muy amable, pero creo que —hizo una mueca de duda que a su vez radiaba dulzura— No, sí, debo ir a la facultad de medicina a recoger unos papeles, queda a unos cuantos edificios de aquí, ¿te animas?
—Claro, me gusta caminar.
Así fue como logre estar un poco de tiempo a solas con Ichika Fukuda, caminar junto a ella era como caminar con un ángel, te sentías acompañado de algo muy puro, más bien era una sensación inexplicable.
—Si tuviera que adivinar, diría que estudias alguna ingeniería. —soltó ella de repente.
—Para nada—Respondí con una sonrisa— mis matemáticas son un poco más simples.
—¿Estadística y probabilidad?
—Casi, utilizo un poco de ambas para generar modelos que ayuden a las empresas.
—Vaya, eres economista, ¿qué hace un economista en un club de manualidades?
La conversación fluía, me sentía cómodo con ella para incluso jugar un poco con las adivinanzas y que no fuera solo una conversación de tipo chat.
—Lo mismo puedo preguntarle eso a una estudiante de medicina.
Ichika agachó su cabeza con suavidad, pero rápidamente se repuso y agitó su cabeza.
—¿Por qué sería raro? Los moños que puedo aprender a hacer aquí los puedo usar con las niñas que tengan recogido su cabello y así se sientan bien en mi consultorio.
—Doctora Fukuda.
—Suena genial—respondió con un tono emocionado— Ya casi llegamos a la facultad, debo ir a mi casillero, ahí tengo los exámenes.
—¿Exámenes? ¿Ya haces pruebas médicas a otros alumnos?
Por primera vez vi que su rostro no estaba tranquilo, su cara se tornó seria y aceleró un poco el paso, sin mencionar que sus brazos se pusieron tensos y la piel de sus mejillas se sonrojaron, tal vez... ¿De vergüenza?
—No-No era mi intención F-Fukuda-san —dije apenado.
—N-No pasa nada, ya regreso.
Era difícil entender qué sucedió en ese momento, veníamos charlando muy bien, pero alguno se equivocó, ¿en qué exactamente?
Esperé cinco minutos largos cuando ella regresó; ya no estaba sonrojada y de hecho se secaba con un pañuelo un poco de agua que se deslizaba por su cara, supuse que se la había lavado para tranquilizarse, además de que en el brazo derecho cargaba una carpeta con muchos papeles y gráficas extrañas.
—Disculpa la tardanza, fui al baño.
En ese instante su teléfono sonó. Se dio la vuelta y contestó. Yo, por respeto, me alejé y reflexioné sobre lo que había dicho antes, habría continuado de no ser porque mi teléfono celular vibró.
«Vaya, te dejo solo un par de meses y te consigues a un ángel de novia? Acaso ya me olvidaste?»
Era increíble, mi exnovia, con la que había terminado hace unos meses me había escrito ese mensaje y... ¿Me espiaba?
—¿Pasó algo, Tatsuki-kun?
¿Qué se supone que debe decir un hombre en esta situación?
—Mmm...
—¿Es una chica? ¿Tu novia? —preguntó con interés.
—Algo así —dije con voz tímida.
—¿Cómo alguien puede ser tu novia y ser algo así? —añadió con suavidad mientras levantaba dedo índice— Un chico como tú no merece estar con la duda, ¿no crees?
¿Un chico como yo? ¿Qué significaba eso?
—Las personas que están junto a ti, si te aman, estarán a pesar de las circunstancias.
De un momento para otro esta conversación se volvió una terapia amorosa para mí.
—Por lo que dudar no es amar.
Agaché la mirada cuando terminó de hablar. No pude tener palabras de respuesta, la situación fue bastante caótica en tan solo unos segundos, además mi teléfono no para de vibrar, de seguro eran los mensajes de Naomi. Sí, ese era el nombre de mi exnovia.
—Veo que me entrometí demasiado, discúlpame Tatsuki-kun.
—No es nada, solo que... no sé qué pensar.
Mi voz sonaba decaída y no era para menos.
—Debo insistir, aunque lastimosamente debo irme, Tatsuki-kun, mi madre me recogerá en unos minutos, por lo que. —Inclinó su cabeza hacia la izquierda—. Pensándolo bien, podrás pensar mejor las cosas y hablaremos de tu chica en otro momento, que te vaya bonito.
Ichika tan solo se alejó con prisa pero con la delicadeza propia de sí misma; no era común en la gente preocuparse por desconocidos, o apenas conocidos, sino dejar pasar cualquier problema al no tener incumbencia en los mismos, pero Ichika Fukuda era diferente, no solo por esa empatía, sino por las formas, su dulzura atraía toda tu atención. Transmitía inocencia y la virtud de ser inofensivo para los demás. Todo eso era una parte de lo que provocaba en las personas, por eso no pude despedirme, y además, debía esperar varios días para volver a hablar con ella.
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Mi corazón en tu boca
RomansaTatsuki Suzuki está de paso en la universidad al ya estar a punto de terminar su carrera, sus amigos ya la habían finalizado, además, su primera y última exnovia lo había dejado hace tan solo unos meses, pero todo cambió cuando ingresó al club de ma...