La luz que entraba por la venta del dormitorio de Naomi me despertó de apoco, sabía que era tarde y que ir a la universidad no era una opción.
Mientras identificaba dónde estaba, pude poner el brazo sobre la cama para saber si podría caerme de la misma o no, cosa que con el pasar de los segundos vi que era imposible; la cama de Naomi era pequeña, apenas para una persona, pero mi brazo le rodeaba el cuello al mismo tiempo que ella se sujetaba.
Solo nos cubría una sábana celeste, pude distinguir en ella los lunares de su espalda: formaban un triángulo perfecto.
Pese a estar bajo los efectos de la resaca, mi corazón saltó de la alegría al verla a mi lado. No dudé en pasar mi mano para acariciarle un poco su hombro, pasando también por su cuello y desordenado cabello.
Ella hizo un pequeño movimiento, así que paré, no la quería despertar.
Me sentía satisfecho, no solo porque llevaba un tiempo en que no tenía relaciones sino porque fue con la chica que me gustaba por sobre las demás.
Estuve pensativo por unos minutos, hasta que pude moverme con cuidado y sin torpeza para levantarme e ir al baño, aunque me llamó la atención que mi teléfono celular vibraba.
A las 8:36:
«Buenos días, azulito. Espero hayas dormido plácidamente, te parece si nos encontramos hoy en mi "consultorio"? Hahaha»
A las 9:03:
«Emi-chan nos acompañará, tiene libre hoy, no te parece genial?!, al fin cumpliré la promesa que le hice y nos pondremos los moñitos en el cabello con las niñas de mi consultorio»
A las 12:57:
«Veo que estuviste ocupado, una pena, aun así no nos olvidamos de ti y nos tomamos una foto para enviártela de recuerdo. Ojalá nos acompañes la próxima vez.»
¡Eran casi la una de la tarde!
No pude evitar sentirme mal, ya que no aceptarle una invitación a Ichika me parecía injusto teniendo en cuenta lo buena persona que era, pero por otro lado, yo me sentía a bien con Naomi, eso era lo importante.
Volví a la cama, ella se había dado vuelta. Me quedé mirando su rostro, las ganas de acariciarlo me desbordaban, no fue hasta que casi pasaba mis dedos por su mejilla derecha que abrió sus ojos.
—Buenos días, mi chico Tatsu —susurró.
Me tomó por sorpresa, y seguro con cara de enamorado, por lo que apenas pude responderle.
—H-Hola.
—¿Estas nervioso? ¿Incluso después de lo que hicimos?
—No, es que te ves hermosa recostada y descansando.
Fue lo primero que se me ocurrió, aunque sí lo pensaba.
—¡Qué lindo! Supongo que a estas horas deberíamos desayunar.
—Cierto.
Me dio un beso en la boca antes de levantarse y dirigirse a la cocina para preparar su desayuno.
Esa sensación era increíble, no era común que una chica me prepara comida, era un particular gusto que tenía y que valoraba mucho al momento de entablar una relación amorosa con una chica. El hecho de que una linda chica se tomase el tiempo de preparar algo delicioso para que yo lo comiera junto a ella, la hacía merecedora del paraíso entero.
Naomi sacaba mi lado más cursi, tanto dentro como fuera de mí. No se me pasaba por la cabeza que sintiera otra vez este grupo de emociones tan prontamente, y menos con la chica que se había llevado mi más sincero amor.
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Mi corazón en tu boca
RomansTatsuki Suzuki está de paso en la universidad al ya estar a punto de terminar su carrera, sus amigos ya la habían finalizado, además, su primera y última exnovia lo había dejado hace tan solo unos meses, pero todo cambió cuando ingresó al club de ma...