Tierra, contra todos los pronósticos, había tenido fe de que su vida se iba a recuperar algún día. De que iba a sortear el desastre impuesto por el caos e iba a resurgir otra vez, brillando con toda la fortaleza del cosmos. Él se aferró a esa esperanza con todas sus fuerzas.
Al igual que en todas las ocasiones anteriores, gran parte de sus especies habían desaparecido, esta vez consumidas por las llamas ardientes y la radiación que se había filtrado incluso en la profundidad de sus mares. Un evento que nunca antes había sufrido de ese modo. Nuevo para un Tierra que estaba acostumbrado a los cambios graduales que provocaban los desastres de la naturaleza.
Todo eso fueron las nuevas condiciones que debían enfrentar. Eso era todo lo que aquel mundo tuvo para darles en los largos años que la Tierra duró en recuperarse. Y en todo ese tiempo, él todavía había podido sentir una pequeña parte de su creación.
Sin embargo, por estar consumido en su dolor no le había prestado la suficiente importancia. No fue porque no quisiera hacerlo. Simplemente no se sentía con las fuerzas necesarias para mirar el desastre que había quedado en su interior.
Fue entonces cuando oyó la voz de Luna, en ese tono preocupado y triste que a él no le gustaba que tuviera.
—Tierra, ¿Cómo te sientes? —susurró con suavidad mientras esperaba que su planeta decidiera girarse sobre su eje.
Él lo hizo y terminó por darle una mirada decaída.
—Todavía... Todavía me duele —admitió en un suspiro—. Pero creo que poco a poco mi superficie se va recuperando.
Luna escuchó esto y no pudo evitar sentir un poco más de felicidad por lo que eso significaba. Tal vez, después de todo sí había una pequeña oportunidad de que estuviera con ellos más pronto de lo que podía haber imaginado.
—Eso es bueno —intentó animarlo con una pequeña sonrisa—. No quisiera que vuelvas a estar solo, así que por eso yo siempre estaré contigo.
Las palabras de Luna llegaron hasta el interior de su núcleo, como siempre lo hacían. A pesar de todo, Tierra fue capaz de devolverle esa pequeña sonrisa.
—Gracias, Lunita.
Palabras de agradecimiento que Tierra fue capaz dedicarle a pesar de sentirse como se sentía, después de todo él se lo merecía por estar todo el tiempo a su lado. De tan sólo recordar cómo lo trataba antes...
Tierra había decaído de nuevo, a pesar de que trató por todos los medios de mantener aquellos pensamientos fuera. Estos se habían ido adentrando poco a poco en su mente, recordándole constantemente el fracaso que había sido, que en realidad nunca se había merecido el perdón de sus amigos.
Y ahora también le había fallado a su vida. Por sexta vez.
Después de millones de años de ciclos interminables de vida y muerte en su interior, Tierra se sentía cansado. Realmente se sentía muy cansado.
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En un lugar llamado Tierra [Solarballs]
FanfictionAquel pequeño planeta verde y azul había pasado por tanto sufrimiento en toda su larga existencia que ya le era difícil no sentirse acostumbrado a ello. Desde las penurias que sufrió su vida hasta la misma sensación desgastante de verlos desaparecer...