El Regreso Inesperado

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Tierra no podía caber en su asombro cuando Marte les soltó aquella información de repente

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Tierra no podía caber en su asombro cuando Marte les soltó aquella información de repente. Algo en el interior de su núcleo, muy dentro, se agitó y no exactamente de emoción.

Marte... —comenzó Luna, viendo como su planeta sólo parecía mirar hacia la nada—. ¿Realmente estás...?

Estoy hablando completamente en serio —interrumpió lo que iba a decir mientras soltaba un corto resoplido—. Hace mucho tiempo que no veo una, es verdad, pero esa se veía muy diferente... y mucho más avanzada que las de antes. Aunque también es bastante pequeña, quizás sólo tenga una o dos personas a bordo.

Una nave exploradora.

Tal como la que habían visto hace mucho tiempo, de aquel astronauta.

Todos, absolutamente todos, volvieron a quedarse callados luego de que lo confirmara. Simplemente no tenían idea de qué decir. Sin embargo, sólo hubo uno que pudo romper ese pesado silencio que amenazaba con consumirlos.

Oh por el cosmos... —susurró la voz de Luna, lo bastante fuerte para que todos lo oyeran—. ¿Y ahora qué vamos a hacer?

Otro par de segundos de silencio se deslizó entre todos mientras pensaban en eso. ¿Qué podían hacer?

¿Se lo diremos a Júpiter? —preguntó Marte, contra todo pronóstico se sintió un poco reticente a esa idea.

Sin embargo, todos volvieron a recordar el plan que el gigante gaseoso había acordado si en algún momento sucedía esa situación. El problema es que ellos nunca pensaron que podría ocurrir.

Primero, ¿Cuánto tiempo tenemos antes de que alcance la órbita de Tierra? —habló Venus con rapidez mientras se dirigía a Marte.

No mucho, minutos como máximo —respondió él y bajó la mirada—. Y creo que estoy siendo optimista con eso.

Unos minutos, tan sólo unos minutos para que el caos se desatara por completo ante la llegada de quienes siempre pensaron que ya no existían. Después de todo, su pasado les había demostrado que eventualmente ellos mismos se iban a llevar a la ruina.

Esperen chicos —La voz de Mercurio se elevó entre el estupor general, hablando con una verdad contenida desde hacía mucho tiempo—. Sólo hay un planeta que tiene el derecho de decidir lo que vamos a hacer a partir de ahora.

Mercurio se volvió hacia su amigo, aquel planeta verde y azul que antaño había sufrido mucho, demasiado, a manos de esos mismos seres que ahora se dirigían hacia él. Y sin embargo, estos no eran los mismos que habían causado su destrucción. Quizás aún había esperanza de que no decidieran volver.

Con esto en mente y en lo más hondo de su núcleo, Mercurio dejó salir un profundo suspiro y se acercó un poco más a él.

Sé que parece que estamos siendo injustos al dejarte toda esta carga, pero esta es enteramente tu decisión, Tierra —dijo con lentitud, preparado para una posible reacción de negación—. ¿Qué quieres que hagamos?

En un lugar llamado Tierra [Solarballs]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora