Renacida de las Cenizas

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Tierra nunca había tomado en cuenta todo el daño que terminó por hacerle a sus amigos durante su aislamiento, incluso si no había sido del todo su culpa

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Tierra nunca había tomado en cuenta todo el daño que terminó por hacerle a sus amigos durante su aislamiento, incluso si no había sido del todo su culpa.

Pero cuando su luna le recordó en el momento en el que siempre estaría ahí para él, Tierra comenzó a darse cuenta de que no había sido el único preocupado por todo aquello. Sus demás amigos, Marte, Mercurio y Venus por igual habían reflejado su respectiva aflicción en un momento en el que él no había estado del todo consciente.

Tierra sabía que era algo que había estado fuera de su control. Era imposible que hubiera hecho algo para no ignorar eso cuando en ese momento todo lo que había querido era olvidarse de sus alrededores, en consiguiente respuesta de terminar ignorando a sus amigos de la misma forma.

Él ahora estaba consciente de que en un tiempo pasado eso simplemente no le habría importado tanto, cuando sólo se preocupaba por sí mismo y menospreciaba a los demás que habían mostrado al menos un mínimo de preocupación por él. Pero también estaba consciente de que aquello había sido sólo un reflejo de sus inseguridades más profundas.

En el pasado había recibido un duro golpe de realidad debido a aquello, así que después de eso trató de hacer lo posible junto a su Luna y Mercurio para darse cuenta de una mejor forma de los errores que había cometido. Luego de eso, Tierra pedido perdón a todos a quiénes había herido con sus palabras y había tratado de no volverlos a cometer esos mismos errores.

Había tratado de demostrar, paso a paso, que podía ser un mejor planeta para sí mismo y para los demás. Y Tierra estuvo seguro de que al menos en un principio lo había logrado.

Pero las heridas físicas y mentales que siguieron al desastre posterior junto con todo lo que terminó causando, lo habían aislado una vez más en su coraza de autocompasión. Como una forma de protegerse a sí mismo y proteger a su núcleo, no había querido saber absolutamente nada ni de él mismo ni de nadie. Fue después, mucho después, que se dio cuenta que eso, al fin y al cabo, no iba a terminar siendo lo mejor para él.

Su luna se lo había demostrado. Le había demostrado que no era necesario que se aislara una vez más a la espera de que en un futuro todo cambiara repentinamente, a la espera de que sus secuelas mentales simplemente fueran ignoradas, o dejadas para que terminaran por consumirlo.

Le había demostrado que no era necesario que enfrentara todo eso solo.

Sin embargo, en ese momento no sabía cómo acercarse a sus amigos sin que inevitablemente se sintiera incómodo. ¿Tal vez debía pedirle ayuda a Luna de nuevo? De seguro él sabría qué hacer.

Tierra desvió la mirada en su dirección, dándose cuenta de que estaba un poco más cerca de lo que había imaginado. En ese instante parecía estar de espaldas a él, como si estuviera en un pequeño momento de descanso. A Tierra le pareció tierno ese hecho, no pudo evitarlo, después de todo se lo merecía por haber cuidado y vigilado su bienestar por tanto tiempo; prácticamente desde siempre.

En un lugar llamado Tierra [Solarballs]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora