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Con la mano en alto, jugueteaba con la brisa mientras escuchaba como las hojas de los árboles bailaban a causa de esta. Axel estaba tumbado sobre una pequeña manta que había extendido en el suelo, observando los pequeños trozos de cielo que los árboles dejaban ver tras de sí. Posó su otra mano sobre el césped para sentir el frescor que esta desprendía. Se sentía bien estar en ese sitio, le daba una tranquilidad que hacía tiempo no sentía con tanto vaivén en su vida. Pretendía seguir en esa posición por mucho rato pero tuvo que levantarse en cuanto escuchó su nombre a través de un llamado que le pedía que fueran hacia el lugar de donde provenía este. Se levantó rápidamente y caminó a través de los árboles que le rodeaban, saliendo a una llanura que acababa en un acantilado donde se podía observar el mar. Cerca del final, se encontraba la persona que le había llamado y esperaba a que este acudiera.
Acantilado
Austin: Ya pensaba que te habías quedado dormido. (Mirando hacia el mar)
Axel: Austin... pero tu... pensé que habías... (Mirándole con asombro)
Austin: ¿Te pasa algo? ¿Por que mi miras así? Ja, ja, ja. Estoy aquí mi amor. (Cogiéndole la mano)
Axel: Dios todo había sido una pesadilla entonces, no sabes como me sentía solo de pensar que no podía verte más. (Acariciándole la cara)
Austin: No entiendo nada Axel. ¿De qué hablas?
Axel: No importa, solo quiero abrazarte.
El rubio se acercó más a Austin para rodearle con sus brazos pero al ejecutar este acto, en vez de poder abrazar al peli azul, acabó cayendo al suelo. El cuerpo de Austin se desvaneció y solo quedó un pequeño rastro de polvo. Axel incrédulo de lo que estaba pasando, entró en desesperación porque la pesadilla que estaba viviendo continuaba siendo su realidad. Levantó la mirada intentando buscar a Austin a su alrededor, pero no le veía por ningún lado. Ya totalmente destrozado, gritó con todas su fuerzas el nombre de Austin mientras lloraba desconsoladamente. Tirado en el suelo pudo sentir como una mano le acariciaba el pelo con mucha ternura. Alzó la vista y se encontró con los ojos grises que tan bien conocía. Le miraban con ternura y con solo mirarlos, podía sentir el amor que siempre le transmitieron. Se abalanzó hacia el cuerpo de la persona que había llegado a su lado. Este le abrazó con fuerza y con voz baja empezó a tranquilizarlo.
Axel: Yo no quería que esto acabara así, no quería que se fuera muy pronto. ¿Por qué ha tenido que suceder así?
Shawn: Todo irá bien Axel. (Acariciándole la espalda)
Axel: No lo creo, ha muerto. Ha muerto y yo no he podido darle toda la felicidad que le prometí.
Shawn: Todo irá bien Axel.
Axel: ¿Estás bien Shawn? (Mirándole a la cara)
Shawn: Todo irá bien Axel.
Axel: Shawn. ¿Qué te pasa?
Shawn: Todo irá bien Axel. (Con la mirada perdida)
Mike: ¡Amor! ¡Se nos hace tarde, venga vamos! (Llamándole desde la lejanía)
Shawn: Todo irá bien Axel. (Levantándose y caminando hacia Mike)
Axel: Espera Shawn, no me dejes solo.
Quiso ir detrás del delantero del hielo pero cuando se puso de pie, el trozo de tierra sobre el que estaba se desprendió del acantilado. Lo último que pudo ver mientras caía, fue al peligris mirar hacia atrás con frialdad y siguiendo su paso hacia Mike. Tras ese último vistazo, cerró los ojos y esperó el impacto contra el mar.

Acompañado de un pequeño grito ahogado, Axel despertó y entendió que lo que estaba viviendo tan solo era un sueño. Con el sobresalto al levantarse, ya se encontraba sentado en la cama. Todo estaba oscuro, sabía que estaba en su habitación porque recordaba como al llegar a su casa desde el cementerio. Entró en la casa en total silencio y con la mirada fija hacia delante, se dirigió rápidamente a su habitación. Cerró la puerta con seguro, bajó las persianas, se desvistió y se metió en la cama para poder dormir todo lo que su cuerpo pudiera. No quería estar despierto, no quería pensar en nada de lo que acaba de pasar. Necesitaba apagar su mente y sentir que vivía en otra realidad aunque sea por unas horas.
Buscó su móvil en la mesilla de noche que había al lado de la cama. Al activarlo vio muchos mensajes de Erick y otros amigos del equipo que en ese momento ignoró pero que contestaría a lo largo del día cuando le apeteciese. Con ayuda de la linterna del móvil, se puso de pie y caminó hacia la ventana donde subió un poco la persiana para que entrase luz natural en la habitación. Tras esto se acostó de nuevo y activó el móvil otra vez para saber que hora era. Ya era la 13 del medio día. Comenzó a leer por encima alguno de los mensajes que le habían llegado. La mayoría eran más mensajes de ánimo que agradecía pero que no tenía ganas de contestar porque lo que menos le apetecía era sentir la pena de la gente ya que no hacía nada con eso ahora. Ninguno de esas palabras le quitaría el dolor que sentía con la muerte de Austin. Al único que quiso responder fue a Erick ya que era de sus mejores amigos y sabía que se preocuparía mucho si no recibía contestación alguna por parte del rubio. Tras esto, bloqueó el móvil y lo dejó de nuevo sobre la mesilla de noche. No quería llorar más, sentía como tenía los ojos hinchados después de haber llorado por varias horas la noche anterior. Pero poco pudo hacer para evitar que las lágrimas volvieran a salir de sus ojos, el inmenso dolor que le provocaba la ida de Austin le destrozaba por dentro y sentía como su corazón se rompía cada vez que pensaba en que no le volvería a ver más.

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⏰ Última actualización: Apr 20 ⏰

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