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Takuya acababa de escuchar de palabras de Axel, la verdad sobre su relación con Austin. Estaba impresionado por el acto que tuvo su amigo con el difunto peliazul. Al acabar de hablar, solo pudo darle un abrazo al rubio. Él, que ahora estaba enamorado de verdad, sabía lo que una persona podía llegar a hacer por amor.
Hospital, habitación
Takuya: ¿Por qué no me lo dijiste antes?
Axel: Porque no quería que mirarais a Austin con lástima. Él ni siquiera sabía que yo conocía su enfermedad. Preferí callarme y no darle más dolores de cabeza.
Takuya: ¿A qué te refieres?
Axel: Austin ya sufría bastante, teniendo que soportar que yo aún tuviera contacto con Shawn. Él sabía que mi gran amor era, es y será Shawn. Por lo que ya se sentía inseguro pensando que si Shawn movía alguna ficha, yo volvería con él.
Takuya: ¿Fue por su enfermedad que no volviste con Shawn, cuando descubriste lo de Zoe?
Axel: Si, yo lo hablé con Shawn. Quería darle a Austin felicidad, al menos lo que quedaba de vida. Él estuvo en el momento en el que mi relación con Shawn, pasaba por momentos de mierda. Se quedó a mi lado cuando supo que estaba esperando un hijo, cosa que Shawn no. Que no lo culpo, solo faltaba eso. Pero me hizo ver que apostaba mucho por mi, que me quería. Yo solo quería recompensarle por ese apoyo que me dio, durante mis malos momentos.
Takuya: Te honra Axel, no todo el mundo haría lo que has hecho.
Axel: Lo que jamas pensé, fue que su ida llegaría al día siguiente de casarnos. Estaba tan feliz. Él siempre había sido un chico muy risueño, pero ayer. Ayer deslumbraba a todos con su sonrisa.
Takuya: Eso es lo que tienes que tener en cuenta Axel, que lo hiciste feliz.
Axel: No fue suficiente, se merecía más.
Takuya: Seguro que lo merecía, pero ahora ya no es posible.
Axel: No sé que hacer, todos mis planes se han ido a la mierda. Él iba a ser el centro de mi mundo y ahora no tengo nada.
Takuya: No pienses en eso ahora. ¿Por qué no descansas?
Axel: Necesito verle pero no puedo, están los forenses haciendo su trabajo.
Takuya: ¿Estás seguro que quieres verle? Puede ser un trago muy duro Axel.
Axel: Si, necesito despedirme de él. Necesito verle una última vez.
Takuya: Ve a la planta de la morgue, supongo que al ser su marido. Te dejarán pasar.
Axel: Bajemos.
Los dos chicos salieron de la habitación, encontrándose al padre de Axel leyendo un libro en su escritorio. Este les preguntó que a donde iban, Takuya quería ser sincero pero cuando se disponía a hablar. Axel se le adelantó y le dijo a su padre que irían a la azotea a tomar un poco de aire. Su padre no preguntó más y estos salieron del despacho.
Se dirigieron al ascensor más cercano que había por ahí y bajaron a la última planta del hospital. Para Axel, el edifico era como su segunda casa. Había estado demasiadas veces en el hospital, visitando a su padre. Cuando era pequeño, tenía la mala costumbre de escabullirse e irse a recorrer el sitio a sus anchas.
Al salir del ascensor, notaron un aire muy frío, no había a penas ruido por allí. Miraron el cartel que indicaba las distintas áreas de la planta y fueron por la dirección que señalaba. Al acercarse a la habitación donde estaban los cadaveres recién llegados, escucharon como un guardia de seguridad hablaba por el walkie talkie con un compañero suyo.
Hospital, morgue
Takuya: Mierda, con el de seguridad ahí plantado, no podremos pasar. (Susurrando)
Axel: Hay que hacer algo con él. (Imitando el tono de voz de Takuya)
Takuya: ¿Le has visto, ese acaba con los dos en un momento?
Axel: No seas tan básico, digo que hay que distraerle.
Takuya: Se te ha ocurrido algo.
Axel: Hazte el desorientado, háblale en inglés y haz como si estas nervioso por haberte perdido.
Takuya: Madre mía, suena absurdo pero no tenemos más opciones.
Axel: Venga, ve. (Empujándolo)
Takuya: [Será cabrón.]
Vigilante de Seguridad: Ey. ¿Qué haces aquí? (Acercándose a Takuya)
Takuya: Hi, please help me.
Vigilante de Seguridad: ¿No hablas mi idioma? (Sorprendido)
Takuya: Oh sorry, i don't speak spanish. Please help me, i'm lost.
Vigilante de Seguridad: Mierda, ahora como lo ayuda si no habla español.
Takuya: I want to go to maternity area. My sister just gave birth.
Vigilante de Seguridad: Oh yes. Come... with me. (Indicándole que le siguiera)
Takuya y el vigilante se fueron hacia el ascensor, fue entonces cuando Axel salió de donde se había escondido y se dirigió a la puerta. Para su suerte, esta no tenia seguro. Así que entró con facilidad.
La sensación que tuvo al entrar a la habitación fue muy desagradable. El clima era más frío que el de fuera, el silencio era sepulcral. Habían varías camillas con cuerpos cubiertos por una sábana blanca. Todos, excepto uno, eran de cuerpos muy grandes y robustos. El rubio supo exactamente a qué camilla acercarse.
Con las manos temblorosas, cogió la manta con cuidado y fue bajándola poco a poco hasta la altura del cuello. Un Austin con la piel pálida y los ojos cerrados, yacía ante él. Las lágrimas volvieron a brotar de sus ojos, al mirar el cuerpo sin vida de Austin. Acercó su mano a una de sus mejillas, sin siquiera tocarle, notó como el cuerpo desprendía frío. Le acarició lentamente, ya no había rastro de esas mejillas cálidas que había tocado y besado en muchas ocasiones.
Axel: [No te mereces estar en este sitio tan macabro, no todavía. Nunca pensé que me dolería tanto perderte, había tratado muchas veces de concienciarme de que este momento llegaría pero no tan pronto. ¿Cuándo te fuiste? ¿Por qué no me avisaste? ¿Acaso fue cuando te quedaste dormido? Si fue ese el caso, tengo el consuelo de que te vi feliz. Tu cara rebosaba una inmensa felicidad, nunca antes te había visto de esa manera. Me hacías sentir completo, mi única meta en la vida, era el hacerte lo más feliz que pudiese. Y creo que pude cumplirlo, pero no puedo dejar de pensar en que aún tenía muchas cosas que darte. Muchas cosas que vivir juntos. Ahora mismo odio a la vida por ser tan rastrera contigo. Llevabas enfermo toda la vida, sufriendo por ello desde que eras un bebé y cuando se supone que habías encontrado la felicidad, se te acaba el tiempo. Tu corazón dejó de funcionar, en el peor momento. Siento rabia por no poder decirte, lo orgulloso que me sentía, no mucha gente es capaz de vivir como si nada pasase. Tu eras un luchador. Siempre estarás en mi corazón, tú te has ido ya pero tengo la esperanza de que nos volveremos a ver en otro momento y quizás sea nuestro momento.]
Sentía algo de pudor al ver a Austin así y en esas condiciones, pero no podía perder la oportunidad que tenía. Así que se acercó a su frente y le dio beso. No le importaba sentir el frío tacto de su piel, sería el último beso que le daría.

¿Estamos destinados?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora