"Pero nena, tu risa es la magia, de los rocanroles....tatuada, llevo la marca, de tus aguijones".
Aclaración, este es la parte dos de la historia, la primera esta en mi perfil. Léanla para poder entender, Besos 💋❤️.
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—"Hay rumores de infidelidad por parte del Chino Darin, hacia Mila Rinaldi, la guitarrista y integrante de la banda de rock, Herederos"
Estaba por entrar al baño donde Guido hace segundos me llamo para que vaya, pero la voz de una panelista nombrándome, me llamo la atención.
—"Ella no esta ahora en Buenos Aires, y el Chino esta en Madrid, España, grabando una nueva serie...."
Seriamente, agarre el control de la tele, subiendo un poco mas el volumen.
No podía creer como sabían que yo no estaba en Buenos Aires, no subí nada y solo lo hice, pero contenido de la banda, nada mas. Tampoco como se enteraron de lo que hizo el Chino, pero esa duda se fue cuando vi que mostraron una foto. En esta estaba el Chino con una chica, entre calles escondidas de Madrid, riendo y besándose. No me causo nada, ni tristeza, ni bronca, ni enojo, nada, no tuve reacción, solo ver la foto con mi postura seria.
—"Se los vio juntos en las calles de Madrid, ella es Ursula Cordero, una actriz española, con la que esta grabando la próxima serie....pero acá todo nos preguntamos...¿Donde y con quien esta Mila ahora?...."
Enojada ahora si, cansada de que se metan en la vida ajena, apague la televisión, dejando el control en la mesa de soporte; molesta suspire, acomodando mi pelo hasta que unos brazos me abrazaron por mi espalda.
—Me ayudas en algo....
Susurro en mi oído, dejando un beso en mi mejilla. Y muy dentro mío, agradecí que no haya escuchado nada.
—Si, ¿que paso?
Me voltee, y con una sonrisa me mostró una maquina de afeitar.
—¿Te vas a sacar la barbita?
—Si, no me gusta la barba
Solamente asentí, agarrando la maquinita y su mano para meternos al baño. Entre risas, me senté en el lavamanos mientras las manos de Guido me sostenían por la cintura, y suavemente, fui poniendo la espuma en su cara.
—¿Que tenes ahí?
Alzo sus cejas como si estuviese asustado.
—¿Donde?
Dije confundida, hasta que me mancho la cara con espuma de afeitar, abriendo su boca haciéndose el sorprendido. Yo, realmente anonadada, lo mire de la misma forma, hasta que el rubio, como un nene chiquito, se empezó a reír, para después darme un beso que me dejo algún que otro rastro de espuma en los labios.
—Te odio...
Lo mire antes de reír, y dejarle otro beso, para que de apoco, empiece a afeitar su cara, viendo como el, relajado cerraba los ojos, dejando su rostro en mis manos. Al cabo de un rato, termine de afeitarlo y limpie su cara con una toalla húmeda, sacando cualquier rastro de espuma.
