💋~ 24/04: Esquimal.

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El día había empezado de maravilla. El sol resplandecía, el cielo brillaba y las nubes danzaban al compás de los silbidos de los pájaros en la mañana. Era una pena que su muy desdichada vida tenía que opacar tan precioso ambiente. Pero lo cierto es que para Kion la vida no tenía sentido, no mientras estuviera obligado a acompañar a la princesa en cada rincón el palacio.

Su vida era muy miserable.

—Ya deja de refunfuñar, príncipe. O me voy a sentir ofendida de que mi compañía no sea de su agrado —dijo Fuli. Kion casi tropieza con su propio pie al ver la mueca de diversión en su rostro. Grandioso.

—No estaría refunfuñando si su alteza no encontrara gusto paseándose por cada esquina del castillo.

—Si eso le molesta, entonces podemos ir a la cocina real a robar otro pastel de frambuesa, ¿no cree?

Kion se detuvo abruptamente y la princesa lo miró con una ceja arqueada.

—¿A qué está jugando? ¿Cuál es el punto de toda esta palabrería? —inquirió él, se estaba hartando de sus juegos.

Pero la princesa solo se encogió de hombros y echó a andar como quien no quiere la cosa.

—Mis disculpas, majestad. Solo quería comer un trozo de pastel. Pero ya que esto le molesta en gran manera, tendré que pasear por el jardín yo sola... ¡Ah!

Fuli sintió un jirón por todo su cuerpo y en menos de un parpadeo la oscuridad la rodeó. Cerró los ojos con fuerza y se aferró a lo primero que encontró para no caer de bruces al suelo. Su mano se cerró alrededor de algo suave y musculoso y no pudo evitar reprimir un quejido de sorpresa. Para cuando su cuerpo encontró el equilibrio, unos brazos la tenían sostenida por la espalda y su cara encontró refugio en un pecho de aroma dulce.

Temió abrir los ojos y confirmar lo que su mente ya sabía. Oh, dioses del cielo...

—Ya se fue toda tu valentía, ¿no? —un aliento cálido le recorrió el cuello y Fuli tragó saliva. Levantó despacio la cabeza y se topó con dos gemas doradas que la miraban con una mezcla de enojo y diversión.

Maldijo en voz baja.

—¿Tenías que empujarme a este lugar? —sus ojos recorrieron la pequeña estancia en penumbras y distinguió unas escobas junto a varios implementos de limpieza. Su pierna estaba al lado de una cubeta con un olor extraño e hizo una mueca—. Qué hospitalario de tu parte traerme a un cuarto de escobas.

—No pensé que fueras tan mimada —Kion entrecerró los ojos hacia la princesa—, ni que esa niña insolente sería la heredera de un enorme reino lleno de riquezas.

Ah, así que por eso la trajo hasta acá. Bueno, si quería guerra, guerra tendría.

—Empecemos por el inicio, ¿quieres? Tú empezaste con las mentiras —Fuli señaló con un dedo a Kion—. Me dijiste que tus padres eran sirvientes del castillo. No podía decirte que era una princesa o empezarías a arrodillarte y hacer todas esas bobadas que hacen en presencia de la realeza. Tuve que mentirte en repuesta. No voy a disculparme por eso.

—¿Quién habló de recibir disculpas? Solo quiero saber por qué nunca me dijiste que eras una princesa —contraatacó el príncipe, frunciendo el ceño—. Teníamos diez años y eras mi única amiga, ¿que acaso era un crímen hablar con la verdad?

—¿Me estás exigiendo una respuesta? ¿Por qué tú nunca dijiste que eras un príncipe, eh? También eras mi único amigo, creo que merecía saber la verdad. Pero decidiste mentirme y fingir que eras de la servidumbre. ¡No tienes derecho a exigir nada cuando tú iniciaste todo este lío y después desapareciste como un cobarde luego del beso! —sentenció. Y un silencio extenso se instaló entre ambos.

Kion podía sentir el aliento de Fuli en sus mejillas, cálido, dulce, furioso. No se había percatado que estaban tan cerca el uno del otro que sus narices casi se rozaban. El peso de las palabras de la princesa enfrió por completo el enojo de Kion, y en cambio vino la culpa.

El príncipe suspiró y quitó la mano de la espalda baja de Fuli y se la llevó detrás de su cuello, donde frotó levemente para intentar disipar el remordimiento de sus recuerdos. Miró de soslayo el rostro de su antigua amiga.

—Tienes razón —admitió—. Fui un cobarde idiota y me merezco todo el odio que puedas sentir hacia mí. Mentí porque estaba harto de ser un príncipe y quería experimentar cierta libertad. Odiaba que la gente me tratara de forma tan superficial y que los niños de mi edad solo me buscaran por favores. Así que cuando te conocí, decidí que fingiría ser de la servidumbre si con eso tú no me mirarías como todos los demás. Fue infantil, pero... durante esos meses me sentí libre de mis ataduras y no quería perder eso.

La princesa se quedó muda ante su confesión. Lo miró con una leve pátina plateada en sus ojos y trató de sonar suave cuando preguntó:

—¿Por qué desapareciste luego de... luego del beso?

Kion cerró los ojos un instante antes de contestar.

—Porque sentí miedo. Estaba empezando a sentir cosas nuevas por ti y... y yo no quería mentirte por el resto de mi vida si las cosas tomaban un rumbo diferente. Pero si te decía la verdad... esa libertad se iría y las cadenas de mi título no solo me atarían a mí, sino también a ti —levantó la mirada para ver cómo las mejillas de Fuli brillaban con el agua salada de sus lágrimas silenciosas. Pensó en ese momento que quizás ella sufrió mucho con su desaparición. Así que se acercó a ella y puso una de sus manos en su mejilla, acariciándola con suavidad.

La princesa sostuvo el aliento y se tensó ante el contacto, pero el príncipe le sonrió con ternura y posó su frente con la de ella, chocando nariz con nariz y aliento con aliento.

—Lamento que mi decisión te hiriera de esa forma, nunca creí que ambos lucháramos con las responsabilidades de un título —susurró sobre sus labios, frotando con sumo cuidado la punta de su nariz con la de ella.

Pero Fuli no se alejó, no le reprochó nada y no le exigió respuestas ni espacio personal. Se quedó ahí, disfrutando del contacto de su rostro e inhalando todos los aromas familiares de su acompañante. En silencio, le concedió el perdón que sus almas necesitaban.

~💋~

Dato: El beso esquimal es el frote de las narices de la pareja. Lo hacen de esta forma para demostrarse afecto debido a los riesgos que correrían al juntar sus labios, por el enorme frío que hace en esas zonas. ¿Interesante, verdad?

Este estuvo muy lindo 😭❤️, pero me sigue dando corte que tenga que ser tan corto JAJAJAJAJ.

Nos vemos mañana en uno más interesante. 😏

Besos, Vee.

KISSPRIL | Kiuli Donde viven las historias. Descúbrelo ahora