Se abre una puerta y comienza una guerra que decide el destino de dos mundos. Desde Falmart, hasta el corazón del Viejo Mundo, desde Ulthuan hasta las Montañas del Fin del Mundo, hasta el demonio del Norte. Los ejércitos chocan y las grandes potenci...
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Los cielos de Faltmart se tornaron grises cuando la hueste de Elfos Oscuros atravesó la puerta.
La primera hueste al anochecer y, antes de la medianoche, la costa estaba erizada de lanzas. A Ignarion Red Sea se le había dado el "honor" de dirigir la invasión inicial.
El lobo rojo estaba más que entusiasta
Los ejércitos combinados de Hag Graef y Clar Karond, así como el diezmo de Drusala de Ghrond, estaban a las órdenes de su padre Urian, mientras que él comanda a las Huestes de Karont Kar y Har Ganeth con el benelacito de Rakakrt y Hellebrom
La velocidad era más importante que cualquier otra cosa, y tenía la intención de estar frente a las murallas de la Puerta Asur antes de que los guerreros Asur pudieran llevarlos a la batalla.
Red Sea no sabía por qué si padre, el señor del Terror Urian Hellblade, había insistido tanto en atacar la puerta Asur sobre cualquier otra, pero estaba decidido a no mostrar debilidad fracasando en su tarea asignada.
No todos los guerreros sombríos hostigaban el avance de Red Sea a lo largo del Paso del Águila; algunos habían llevado el mensaje a las montañas, y el príncipe Madir , Comandante de la Puerta , hizo sus preparativos para el asalto.
En el pasado, a Madir nada le hubiera gustado más que ver a los elfos oscuros pulverizarse a sí mismos a polvo contra sus murallas, pero esta postura ya no era posible.
A pesar de que había poca comprensión más allá de las montañas, las grandes puertas de Ulthuan, su tierra ahora estaba escaza de refuerzos . No tenían los números para salir victoriosos sin pérdidas graves.
El príncipe Tyrion había vuelto al sur a repeler una invasión Norsca, mientras que el maestro del conocimiento Teclis había vuelto a la torre por una reunión
De este modo Madir resolvió dirigir la defensa de la brecha al lado de su guardia personal, ya que no podría tener la conciencia tranquila si cualquier otro lo hiciera.
Los elfos oscuros llegaron al amanecer. No hicieron ningún intento de iniciar un asedio tradicional, ya que Red Sea había inculcado violentamente la necesidad de urgencia sobre ellos. En su lugar, se dirigieron con fuerza hasta la brecha en la muralla exterior.
Los caballeros de Hag Graef lideraron la carga, instando a sus monturas reptilianas a través de la lluvia de flechas y virotes de los defensores. Cientos murieron antes de llegar a las murallas, pero los que quedaban simplemente se burlaron de la debilidad de sus camaradas y cargaron.
Red Sea montaba dentro de sus filas, lo suficientemente separado hacia delante para que todos supieran que había liderado la carga, pero lo suficientemente cerca para que cualquier sorpresa que los altos elfos hubieran preparado fuera gastada en otros guerreros que no fueran él.
Detrás llegaban corsarios , los Espadas Marchitadoras y los Verdugos de tres ciudades, y las hidras de Clar Karond.
Era una hueste de terribles proporciones, y casi todas las espadas se dirigían contra la brecha donde Príncipe Yvarn y su Guardia de Eataine esperaban en solemne silencio.
