𝐖𝐄𝐋𝐂𝐎𝐌𝐄 𝐓𝐎 𝐓𝐇𝐄 𝐅𝐀𝐌𝐈𝐋𝐘

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"Alguien que me explique qué es lo que trae mi hija en sus brazos."

– Gojo Himari.


[ *** ]

Incluso Gojo no supo qué hacer o cómo reaccionar cuando Tsumiki se subió al auto con dos pollitos amarillos. Himari abre la boca para renegar, pero nada salió. Simplemente no puede creer lo que sus ojos ven.

—Pastelito de fresa con crema —le habla su padre—. ¿Te importaría explicarnos por qué traes contigo dos pajarracos?

—Son pollitos, papá. Salieron de su cascarón cuando crucé por el laboratorio de biología y el profesor me obligó a llevarlos conmigo.

—¿Por qué él haría eso? —Himari se gira para observarla. Megumi ha tomado uno de los pollito y le acaricia la cabeza con delicadeza.

—Los pollos asumen que la primera persona que ellos ven al nacer es su madre —Tsumiki les explica—. Y ahora me da pena dejarlos así nada más.

—Cariño, no podemos tener a los pollos en casa. Ni siquiera sabes cómo cuidar de esa especie —le dice Himari.

—Pero me da pena, sería como dejarlos huérfanos —Tsumiki ve que está a nada de perder contra su madre, así que decide jugar a lo seguro—. Papá, por favor.

La mirada de Gojo cae sobre su esposa y ella niega con la cabeza. Él deja salir un suspiro de derrota, y le lanza una mirada de disculpa a su hija.

—Lo siento, hija. Esto vas a tener que tratarlo con tu madre —ahora Satoru no mira a ninguna de las dos.

Tsumiki asoma su cabeza entre los asientos delanteros del auto. Mira fijamente a su madre mientras le muestra el pollito.

—¿No te da pena, mamá?

—¿Dónde lo tendrías? ¿Sabes si quiera cómo se cuida un pollo? —Himari se acomoda mejor para mirar a su hija—. Son seres que merecen vivir bien, tener cuidados adecuados. ¿Estás dispuesta a tomar responsabilidad de otra vida?

—Sí —susurra la niña. Bueno, su padre tenía razón.  Su madre daba miedo a veces.

—No vamos a quedarnos con dos pollos, Tsumiki. Vas a tener que darle uno en adopción a tus tíos —declara Himari como última condición.

—¿Y si el tío Geto se lo come frito?

—El tío Geto no se lo va a comer frito, pancito con mantequilla —le dice su padre mientras enciende el auto—. Más bien deberías preocuparte por la tía Shoko. No la veo apegándose a un pollo.

—Deberías llamarlos de una vez, Gojo. A ver si dejamos al pollo con ellos.

Los niños escucharon partes de una conversación que no entienden en totalidad. Cosas como "¿está bien él?" y "¿está apto para recibir visitas?". Megumi y Tsumiki sólo saben que su tío se muda con su tía cuando está tomándose vacaciones de la escuela de hechicería.

Tsumiki sabe que su madre no acepta al otro pollito, pero no porque sea mala, sino porque ella es consciente de que no es posible tener en casa a tanto animalito. Tsumiki ocupa su tiempo en la escuela y en la academia de música, su padre ha empezado a entrenar a Megumi, y su madre a veces va a ayudar con la organización del departamento de enfermería porque la tía Shoko se estresa de ver a tanto muchacho entrar herido. Y a veces no basta con una sola persona.

Los niños son los primeros en bajarse del auto cuando llegan al departamento de Shoko. Ella les abre y casi le sale un signo de interrogación en la cabeza cuando entran con un pollo en sus brazos, ambos.

Geto sale de la cocina y le sonríe a los niños. Ha estado mejor en ánimo, así que no había nada de qué preocuparse. Tsumiki le sonríe con dulzura y deja un pollito en sus manos.

—Te hemos traído un regalo —le dice.

—Bueno, ese pollo aún no está listo para ser cocinado —le dice Shoko mientras pasa su mano por el cabello de Tsumiki.

—¡Es una mascota! —la niña exclama.

—No quiero ofenderte, Tsumiki, pero no hemos pedido un pollito de mascota.

—Lo sé, tío —ella asiente y procede a contarle toda la historia del pollito.

Geto mira a Satoru, quien desvía la mirada y finge estar muy ocupado analizando al pollito que yace en los brazos de Megumi. Himari se mantiene al margen de todo y se mueve por el departamento de Shoko en busca de un vaso de agua.

—Entonces, vamos a ver si entendí —habla Shoko—. Vienen a dejarnos un pajarraco porque Himari no quiere tener dos, sólo uno.

—Que buen resumen, Ieiri —apunta Himari—. Ahora mismo todos en casa estamos ocupados como para cuidar dos pollitos.

—Esto es más de lo que puedo procesar,  Geto. Si quieres al pollo, podemos tenerlo, si no... bueno, mándalo a la olla.

Tsumiki lanza un jadea espantada por lo que Shoko dice, aunque ella sólo estuviera bromeando.

—Supongo que podemos hacerle un corral en el patio —murmura Geto.

—¡Sí! —Tsumiki sonríe y le da un corto abrazo—. Vendré a visitarlo los fines de semana.

—¿Eso está bien? —susurra Himari hacia Shoko.

—Sí, sí. No te preocupes.

Al final, Geto y Shoko observan a la familia irse de vuelta a su casa con el pollito en brazos.

Ellos dejan al pollito deambular por el patio trasero que estaba totalmente cerrado. Se sientan en el escalón que da al lugar en donde han dejado al pollito y observan el atardecer en silencio por unos buenos minutos.

—¿Sabes algo sobre pollos? —le pregunta Shoko.

—No.

—Excelente —ella se ríe.

Shoko se queda en silencio otro par de minutos mientras deja caer su cabeza sobre el hombro de Suguru. Él deposita su cabeza sobre la de ella y ve cómo el pollo trata de comer césped. Está seguro de que esa no es comida para él.

—¿Te sientes mejor ahora? —le pregunta ella.

—¿Mejor mentalmente, dices?

—Uhum.

—Sí, sí. Aún así, no quiero regresar a las misiones, ¿está mal eso?

Shoko levanta su cabeza del hombro de Suguru y le mira fijamente.

—Está bien, puedes renunciar o quedarte dentro de los establecimientos como docente de teoría. Suena bien no volver a consumir maldiciones.

—Sí, eso suena bien —él asiente. Deja caer su frente sobre la de Ieiri y ella sólo se encoge de hombros—. ¿Me golpearías si te beso?

La risa de Shoko inunda el patio y eso hace sonreír a Suguru.

—No, pero sucedería algo peor.

—¿Qué cosa? —pregunta Geto.

Shoko le sonríe antes de restregar su nariz con la de él y dice:

—Te quedarías atrapado aquí conmigo para siempre. Y criaríamos a este pollo juntos.

A Geto le pareció un buen plan, si somos honestos.

𝐑𝐀𝐈𝐒𝐈𝐍𝐆 𝐌𝐄𝐆𝐔𝐌𝐈 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora