𝐀𝐃𝐔𝐋𝐓 𝐂𝐎𝐍𝐕𝐄𝐑𝐒𝐀𝐓𝐈𝐎𝐍𝐒 𝐀𝐍𝐃 𝐂𝐇𝐈𝐂𝐊𝐄𝐍𝐒

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"Como quisiera que Ieiri riera y riera para siempre así como lo hace ahora mismo, lo merece tanto."
– Gojo Himari.


[ * * * ]

Himari y Satoru se dieron un tiempo para ellos solos cuando mandaron a los niños con Shoko y Geto a comprar materiales para construir todo lo que será el hogar de los pollos. Uno para Geto, otro para Gojo.

Himari desenreda sus piernas de las de su esposo cuando gira su cuerpo en busca de su celular. Eran dos mensajes de Shoko.

Shoko: Emergencia de chicas.

Shoko: Requiere comida y un lugar apartado. Solitario. Para que nadie escuche.

Y después, llega otro mensaje corto que casi hace que se le caiga el celular de la mano.

Shoko: Es sobre Suguru.

Himari se gira para mirar a su esposo, quien la mira con un signo de pregunta en la cabeza, pero ella no quiere explicar.

—Debo ir con Shoko a comer mientras Geto y tú construyen hábitats para pollos —le dice y se acerca para besarlo rápidamente.

Himari se levanta sin dejar que Satoru profundice el beso y trota hasta al baño para tomar una ducha.

—No hay hombre más afortunado que yo —declara Gojo y Himari se ríe desde dentro del baño.

Gojo se levanta y se pone la ropa interior para cambiar las sábanas de la cama, porque conoce a sus hijos, y lo más probable es que en cuanto se den cuenta de que no tienen fuerza suficiente para martillear la madera, van a rendirse y a tomar una siesta.

Bueno, la verdad es que preferiría que sus mocosos no tocaran su cama hoy. Lo mejor es matenerlos ocupados con tareas sencillas.

Himari sale duchada y se viste con un vestido simple color verde con puntos blancos. Gojo le besa el cuello antes de meterse él a ducharse, antes de que sus hijos lleguen.

Justo cuando Satoru y Himari salen de la habitación, la puerta principal se abre con los niños junto a Shoko y Geto.

—¿Lista para nuestra cita? —Himari le pregunta a Ieiri, y ella vió un ángel que venía a su rescate porque si no hablaba con alguien de lo acontecido en la última semana, iba a mascarse la lengua.

—Listísima.

Himari ríe y se despide de los hombres y los niños. El camino es bastante silencioso y eso aterra un poco a Himari.

Terminan en un restaurante elegante de sushi en el que Satoru había comprado una membresía sólo porque había escuchado a Himari halagar los platillos. Escogen una habitación privada, hacen la orden y, finalmente, la puerta es cerrada.

Himari toma el vaso con agua que le habían dejado, toma un poco y escucha:

—Geto y yo tuvimos sexo.

La esposa de Gojo Satoru escupió todo el agua que tenía en su boca y trató de recuperar el aliento.

—Empezamos fuerte —susurra Himari y toma la servilleta que le brinda Shoko.

—Fui su primera vez —Shoko mueve su dedo por los bordes del vaso—. Y no entiendo eso, porque Geto tiene muchísimo potencial de marido, así que no entiendo como pude ser la primera.

—Shoko, quizás tú lo percibas así, pero puede que Geto simplemente, a pesar de ser un chico popular entre las mujeres, haya decidido esperar.

—¿Es así? —Ieiri murmura—. Supongo que siempre creí que los hombres eran un poco mierda y que sólo pensaban con la cabeza de abajo.

𝐑𝐀𝐈𝐒𝐈𝐍𝐆 𝐌𝐄𝐆𝐔𝐌𝐈 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora