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"—¿Porqué estaban peleando de nuevo?—preguntó Rhaenyra enojada. Sus hijos no podían quedarse quietos ante las provocaciones de sus tíos y siempre dejaban que la sangre del dragón se apoderara de ellos.

—El tío Aemond se burló de la muerte de la tía Laena y de como le quitó el dragón a Rhaena.—contestó Jace y tanto las gemelas como los dos hermanos menores del castaño, se quedaron quietos, esperando el regaño.

—El rey y yo—dijo Alicent—Estamos cansados de éstas peleas sin sentido. No fue suficiente para ustedes el quitarle el ojo a mi hijo sino que lo siguen atormentando con ello. Rhaenyra, debes considerar el irte a Dragonstone y hacer que mis hijos, tus hermanos, estén a salvo.

—¿De qué?, ¿de mis hijos?—dijo a la defensiva y negó.—Los que empiezan son tus hijos, Alicent, los míos solo se defienden. Le pido que considere educarlos de una manera diferente para que mis hijos estén a salvo de los suyos.

Tomó a Luke de la mano y a Rhaena en la otra para comenzar a caminar fuera de la habitación, siendo seguida por Jace, Baela y Aerys, callados y con algún golpe en el rostro, lo cual ya llegaba a ser común entre los menores. Estaba cansada de tener que salvar a sus hijos y a las gemelas cada que tenían un problema, pero irse de la fortaleza roja y dejar a su padre solo con los Hightower, no era una opción."

—Nuestra madre, Laena, camino por estos mismos jardines cuando fue la propuesta de segundo matrimonio para el rey—mencionó Baela mientras su gemela sonreía con nostalgia al imaginarlo. Aerys se mantenía inexpresiva y tocaba las flores a su paso. No quería ser ruda pero no le importaba; Laena no se había casado con el rey y esto era sólo un estúpido jardín qué ya todos conocían.

Las gemelas se miraron, esperando un comentario de la princesa, que seguía mirando las flores y pasando su delicada mano sobre ellas, sin lastimarlas. Miró a las gemelas al no escucharlas hablando y de inmediato se dio cuenta que esperaban qué ella dijera algo. Les sonrió levemente mientras pensaba que decir.

—La tía Laena era muy chica para el rey, además qué se hubiera casado por deber y no por amor, como lo hizo con Daemon.—comentó, les volvió a sonreír forzadamente y volvió a mirar las flores. Por los siete dioses, solamente quería tener una copa de vino y que el tiempo pasara rápido de nuevo, estaba aburriéndose.

—Sí—Rhaena carraspeó mientras le daba una mirada cómplice a su hermana—Y Aerys, ¿ya tienes pensado con quien te casaras, o te han hablado de ello?

Aquello hizo qué la castaña olvidara por completo el vino. Las miró, algo horrorizada por el tema.

—No.—miró al frente y suspiró—Supongo que veré a los Lords en los torneos y escogeré a uno que este disponible. Soy una segunda hija qué no va a heredar nada; a nadie le importa sí me caso rápido o no.

—Prima, tú eres de las mujeres más hermosas en Westeros—dijo Baela acercándose a ella.—Eres la princesa qué todos desean. Escuché que los Lannister están desesperados por tu mano.

—Y pueden seguir así.—negó con diversión—Jason Lannister es viejo y asqueroso, puedo imaginar que sus hijos también lo son.

—Pero tienen Casterly Rock, prima—siguió Baela—Son de las casas más ricas

—He vivido toda mi vida en la fortaleza roja, el punto más rico de todo Westeros. No me impresiona cuantas monedas de oro puedan tener.

—¿Y qué acerca de los Stark?—siguió Rhaena. Por supuesto que toda la vida, las septas les habían enseñado qué su objetivo era casarse con el mejor de los pretendientes—Dicen que Lord Cregan Stark es guapo y que es bastante amable.

Aerys VelaryonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora