Sultán Murad:
A la que se aferra a las sombras del poder,
Tus movimientos son tan claros para mí como la luz del día. Tus consejeros y aliados, aquellos en quienes confiabas, ya no están. Tu red de intrigas ha sido desmantelada, pieza por pieza, por mi mano.
He enviado un mensaje que no podrás ignorar, un recordatorio silencioso de que tu destino está en mis manos. El agua que toca tu piel, la misma que considerabas refugio de tu privacidad, ahora es portadora de tu parálisis.
Este no es un final rápido, sino un lento despertar a la realidad de tu situación. Permanecerás inmóvil, consciente de tu derrota, hasta que el último aliento abandone tu cuerpo.
Mantente alerta, pues incluso las rutinas más cotidianas pueden convertirse en tu prisión.
Con la certeza que me otorga mi trono,
Sultán Murad
