Hola queridos lectores escuché el rumor que al fin la duquesa ,salió de su encierro para retomar el cargo al fin, en otras noticias más que vieron el carruaje del ex duque salir del palacio, en otras noticias , las señoritas ya estarán preparando sus vestidos para el baile de la reina que dará inicio a la primavera y caballeros no se les olvide trae se rasa amarilla, para la dama que les cautivo el corazón que sorpresas nos aguarda en el palacio.
Davio
-Búsquelo ya sabes a quien y lo quiero para hoy.
-Está seguro señor sabes que una vez lo contaremos ira con ella el no vendrá acá.
- si esa es la idea.
- No lo encuentro muy convencido ¿realmente estás seguro?
-Me quede callado unos minutos -la verdad no se si venga, pero espero que sí.
-Está bien otra cosa que necesite
-Puedes retirarte.
Hace una reverencia y se va una vez que se fue me pare y me dirigí a la ventana la vi antes de subirse al carruaje nuestras miradas se cruzaron unos segundos, y asentí con la cabeza.
Con la duquesa.
En el transcurso del camino casi no hablamos Evan me conto que había conocido a una joven que su tía es una de las damas de la reina.
Evan - Y de que hablaste con el rey
- sobre unos asuntos que me dio y me entrego le doy la invitación del baile de primavera. A él se le dibuja una sonrisa discreta, a tus hermanas les gustara saber de esto no lo crees ya me las imagina buscando telas para sus vestidos y a tus hermanos buscando las rosas amarillas, pero no les digas quiero darles las noticias.
- está bien -sonriendo les gustara esa sorpresa cundo se los piensa decir.
-Cuando estén todos ustedes.
Una vez que el carruaje se detuvo, supe que habíamos llegado a casa. Me dirigí directo a mi estudio, seguido por Evan. Se quedó en la puerta, mirándome con preocupasion, pero no dijo nada. Me volví hacia él y lo miré fijamente durante unos minutos antes de entrar en mi estudio y cerrar la puerta detrás de mí.
Me dejé caer contra la puerta, sintiendo el peso de la situación. Respiré profundamente, intentando calmarme. Me acerqué a mi escritorio y saqué los papeles que me dio Davio. Comencé a leerlos y mi corazón se hundió. La situación era peor de lo que pensaba. Si no encontrábamos las gemas, sería un desastre. Todo por esa tonta exhibición de joyas que hicieron sin mi permiso.
Me recosté en la silla, cerrando los ojos, intentando pensar en una solución. No me di cuenta de que me había quedado dormida hasta que abrí los ojos y vi que era de noche. Me levanté y me dirigí a un estante, buscando un mapa. Cuando lo encontré, me dirigí a mi escritorio y utilicé un hechizo de rastreo para intentar encontrar las gemas antes de que Davio lo hiciera.

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LA DUQUESA
RandomLa pluma de la escritora se deslizaba sobre el papel, dejando atrás un rastro de tinta que revelaba los secretos y rumores de la corte. La duquesa, conocida por su belleza y elegancia, había sufrido otro episodio de su misteriosa enfermedad. Los sir...