Sanemi Shinazugawa, el Hashira del viento famoso no solo por su fuerza e intrepidad en su trabajo de cazador de demonios sino tambien por su carácter fuerte y orgullo... Todos le tenían miedo y muchos murmuraban que estaría solo siempre ya que ningu...
La noche ya había llegado, el pueblo estaba resplandeciente con todas las luces, las calles estaban llenas de personas quienes recorrían todo, hablaban, bailaban y cantaban; ese festival era una de las festividades más grandes del año y siempre había mucha gente.
A lo lejos se podía ver a un grupo de personas inusuales y como no si eran los mismos Hashiras disfrutando su día libre en el festival.
—Vaya, estos adornos soy muy extravagantes—Dijo el Hashira del sonido.
—Todo lo brillante y bello para ti es extravagante Uzui JAJAJA—Rió el rubio quien estaba a su lado mientras que los demás Hashiras estaban más atrás.
Se veía a un Hashira algo alejado de algunos y pensativo, era Sanemi quien seguía pensando en lo que le dijo Tengen aunque salió de sus pensamientos cuando alguien más le hablo.
—Shinazugawa-san ¿Se encuentra bien?—Se escucho una voz femenina era Kanae.
—¿Ah? Si ¿Por qué?—El albino parecía algo frustrado.
—Es que ha estado bastante callado.
—Estoy bien—Respondió fríamente.
—Si usted lo dice, bueno me quedaré para hacerle compañía—La ojirosados sonrió y se acercó más a Sanemi.
Kanae y Sanemi estaban juntos aunque el albino solo se limitaba a escuchar o renegar pero sin malas intenciones a lo que decía la azabache sonriente. Los demás Hashiras estaban hablando y caminando por el pueblo viendo las luces y los productos que habían, Mitsuri y Obanai parecían la típica parejita del grupo, Gyomei se limitaba a cuidar de todos mientras que Shinobu (la hermana menor de Kanae) caminaba al lado del gran Hashira y Kyojuro junto a Tengen platicaban alegremente.
—Oye, ¿Le dijiste a Tomioka-san que viniera?—Pregunto al mayor al rubio.
—Si, le dije en la mañana y acepto mi invitación pero aún no ha venido.
—Pues que extraño porque Tomioka-san es muy puntual—Uzui ya se estaba preocupando por su amigo hasta que lo vió a lo lejos—Ah mira, haya está Tomioka—Señalo a la dirección de Giyuu—¡Oye Tomioka, aquí estamos!
Al oír el grito de Tengen, Sanemi volteo con rapidez para ver si era cierto que Giyuu ya había llegado y efectivamente, estaba a unos pocos metros de ellos. Kyojuro también volteo dónde Tengen le había dicho y al ver al ojiazul su sonrisa apareció acompañado de un brillo en sus ojos al igual que Sanemi (solo que Sanemi no sonreía).
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(Sin la katana)
—¿Rengoku?—Trato de llamar su atención Tengen quien noto el shock del rubio.
—Tomioka-san se ve muy hermoso—Soltó el rubio sin pensar dejando a su amigo sorprendido.
—¿Que?—Dijo el albino con gran sorpresa haciendo que el rubio se diera cuenta de lo que dijo.
