el angel de westeros pt:3

1.3K 80 1
                                    

"Un mata-sangre enamorado de un ángel"

(Narra a Aemond)

Después de que salimos del burdel, estaba sentado con Criston Cole planeando la siguiente estrategia de la guerra contra los negros. El siguiente objetivo sería atacar a Dragónstone por la fuerza, ya que Rhaenyra había bajado la guardia después de la muerte de sus tres bastardos; era el momento perfecto para tomar a Dragónstone con sangre y fuego.

Así es como durante dos días planeamos todo para atacar a Dragonstone y analizar sus puntos débiles. Yo y Aegon II llegamos con nuestros dragones, mientras que nuestro ejército entraba a Dragónstone haciéndose pasar por parte de los negros...

Baela y Rhaena eran las encargadas de cuidar Dragónstone cuando Daemon no estaba, sin embargo, una de las gemelas no tenía dragón y esa era Rhaena. Sin embargo, ambas gemelas querían venganza por la muerte de sus prometidos Jacaerys y Lucerys, que fueron asesinados a manos de Aegon y las mías. Baela se enfrentó con Aegon II en los cielos con sus dragones, mientras que yo me enfrenté con Rhaena y algunos del ejército negro. Las gemelas dieron buena batalla. Hay que admitirlo que Daemon entrenó a sus hijas; sin embargo, estaban tiradas en el suelo heridas de gravedad.

—¡Dracarys! —se escuchó un grito en el cielo y empezó a ver fuego por todas partes. A lo lejos se veía un dragón blanco. Nunca en mi vida había visto un dragón de ese color.

Rhaena y Baela se miraron entre sí y se levantaron para volver a pelear aún con heridas. Finalmente, finalmente, el dragón blanco aterrizó y de la espalda del dragón blanco bajo tn con una espada en la mano. La miré a los ojos.

-si mi padre no está entonces yo seré quien proteja a dragónstone- los ojos verdes de tn me miraron fijamente y saco su espada

Sonreí al escucharla hablar, su voz era dulce pero desafiante; no esperaba menos de mi futura esposa, tn se acercó a mí para pelear empuñando su espada, y yo también saqué mi espada por una hora. Solo se escuchaba el sonido de nuestras espadas chocar entre sí tanto como ella como yo estábamos cansados, pero finalmente la tuve frente a frente y la tomé de la cintura y le robé un beso apasionado en medio del campo de batalla. Como era de esperar, ella se resistió y me empujó.

—Eres una maldición —hablé en alto valyrio, me volví acercar a ella y la tomé de la cintura, volviendo a unir nuestros labios. Sus labios eran tan suaves, y su sabor era dulce. Al principio trató de separarse, pero yo hice más presión en la cintura de tn para que no se separara de mí. Le mordí el labio inferior de tn para sacarle un poco de sangre y después me separé de tn y mire esos hermosos ojos verdes que eran una maldición para mí.

—No dejes que nadie más te bese —hablé mientras le limpiaba la sangre del labio inferior con uno de mis dedos.

Tal vez no logre tomar a Dragónstone, pero sí logré besar a mi hermoso ángel...

(Narra tn)

Me quedé en shock, no sabía qué responder o cómo reaccionar ante los besos de Aemond y menos después de lo que él me pidió. Solo lo ví alejarse con una sonrisa arrogante en el rostro. Fui a ver cómo estaban Rhaena y Baela, estaban heridas, pero afortunadamente no era algo tan grave como otros pensarían. Ayudé a las gemelas a entrar al castillo y les limpié sus heridas y las vendí. Les di un jarabe para disminuir el dolor y las dejé dormir. Me dirigí a la habitación de Rhaenyra, ella estaba en estado de depresión total. Los ojos azules de Rhaenyra me miraron.

—Todo está bien —hablé tratando de acercarme a Rhaenyra; ella no me respondió.

Sin embargo, me di cuenta de que en la habitación de Rhaenyra faltaba uno de mis medios hermanos. Ese era Visrys II, quien solo tenía un año de edad. Abrase a Rhaenyra, y ella comenzó a llorar.

Las mil y unas noches |  𝑶𝒏𝒆 𝒔𝒉𝒐𝒕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora