WILD

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verano 2011.

ese año Sea por primera vez comentó con sus amigos que no toleraba más la distancia física con su mejor amigo.

él nunca temió a expresar lo que sentía.

lo único que hacía llevadera la situación para él, era que Jimmy lo llamó cada mes para conversar unos minutos.

ambos se extrañaban.

Sea daba gracias a sus amigos, que le permitían distraerse de esperar cada día a que el teléfono de la casa sonara. ellos eran los encargados de proponerle actividades que fueran diferentes a sentarse a estudiar, como lo hacían en la escuela. comenzaron a ir a presentaciones en teatros, a charlas en bibliotecas, a musicales en escenarios.

Sea ya no se sentía tan pequeño, descubrió que existía un mundo de letras a su disponibilidad. letras que le permitieron expresar en papel lo que su corazón era muy joven para comprender.

con el paso de la estaciones, Sea estudiaba hasta la madrugada los fines de semana porque le apasionaba investigar el funcionamiento de lo que se encontraba a su alrededor, para luego irse a dormir al obtener respuesta a sus interrogantes.

mientras uno se dormía, el otro se estaba levantando para ir a trabajar. Foei le consiguió un puesto con unos amigos que eran dueños de una barca pesquera, quienes lo colocaron a desenredar las redes, porque aún lo encontraban pequeño para hacerlo entrar al mar.

los Tawinan viajaron a mediados de diciembre al pueblo otra vez, porque Sea no dejó de preguntarse cómo serían las fiestas de fin de año para su amigo. así que el señor Tawinan adelantó sus vacaciones para que su hijo obtuviera respuesta.

— ¿crees que Foei quiera pasar navidad con nosotros? — la señora Tawinan consideraba que no era la mejor idea de su esposo, aún así, quería que el pequeño Jimmy pudiese pasar esa noche con ellos. — él es impredecible, ¿y si le molesta la pregunta?

— todos tenemos un espíritu navideño, amor. — aunque la quería tranquilizar, el señor Tawinan también pensaba en Foei, y en sus cambios de humor.

una tarde cuando Foei fue a buscar a Jimmy a la casa, Sea fue el encargado de invitarlos a cenar el día siguiente, por ser la noche de Navidad.

— no creo que podamos, — Foei comenzó a negarse. — pero agradezco la invitación, pequeño.

el señor Tawinan se esperaba esa respuesta, así que lo apartó a un lado, mientras Jimmy se despedía de su hijo.

— creo que deberían venir, disfrutaría de tener con quién conversar mientras cocino las carnes en la parrilla, — comenzó a contarle a Foei. — de todas formas, nosotros no realizamos intercambio de regalos, si es que eso es una preocupación para usted.

— me gustaría que Jimmy tuviera un mejor ambiente para pasar las fiestas. — suspiró Foei, mirando a su hijo, quien pronto dejaría de ser un niño. — es increíble lo rápido que crecen. — reflexionó en voz alta. — a veces no puedo creer que ya tenga doce.

— lo entiendo muy bien, Foei. — el señor Tawinan era honesto, veía a Sea crecer día con día, junto con sus sentimientos.

sentimientos que temía estuvieran relacionados con Jimmy.

no porque lo creyera algo malo, la felicidad de su hijo, era la suya. pero Foei tenía creencias muy diferentes.

— estaremos aquí mañana. — se decidió el padre de Jimmy en voz alta, sintiendo como una caricia en el alma la sonrisa en el rostro de su hijo.

¿cuándo fue la última vez que él lo hizo así de feliz?

Foei alejó esos pensamientos de su cabeza, seguramente el ambiente de las fiestas de fin de año lo tenían así de sensible, pensando como un marica.

Blue neighbourhood | JimmySeaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora