TALK ME DOWN

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otoño 2026.

cuando llegaron a la ciudad, Jimmy comenzó a vivir con Sea, pero eligió dormir en otra habitación. por algún motivo que no quería explicarle, quiso mantener cierta distancia, aunque ambos morían por estar cerca del otro, por recuperar el tiempo que les fue arrebatado.

pero Sea respetó su decisión. al menos ahora tenía la certeza de que Jimmy estaba en un lugar seguro.

Jimmy había ahorrado en esos años lejos, así que lo primero que hizo al llegar a la ciudad fue inscribirse en la universidad a la que asistió Sea, para estudiar ingeniería automotriz. Sea fue quien lo acompañó a hacer los trámites y en su primer día de clases.

porque siempre serían mejores amigos.

— estoy muy orgulloso de ti. — le sonrió Sea, el día que Jimmy llegó a enseñarle que obtuvo la calificación más alta de su clase. — siempre lo he estado. — aunque sentían mucho amor por el otro, lo único que se entregaban eran palabras de afirmación. 

ambos respetaban esa pequeña distancia autoimpuesta. 

el chico de pueblo rápidamente se acostumbró a la rutina de la ciudad, y encajó a la perfección en la forma en que Sea vivía su vida. logrando vivir aquellas experiencias que escuchaba a Sea y al señor Tawinan contarle.

ahora, era el protagonista de esas anécdotas.

— iré a pasear a Wave, ¿quieres acompañarme? — preguntó Sea.

porque esa era otro factor que marcaba distancia entre ellos, al mantener el trato amigable entre ellos, implícitamente seguían forzándose a actuar como si solo fueran amigos.

cuando en sus corazones eran mucho más que eso. Sea sabía que el fantasma del miedo no desaparecía de un día a otro, aún al estar bajo varios metros de tierra. así que continuó esperando a que Jimmy se sintiera preparado.

— vamos. — accedió Jimmy, siendo él quien le colocó la correa al collar del perro. ambos se llevaron bien desde que llegó a la casa, algunas noches le permitía dormir con él. y le confesaba sus miedos y preocupaciones.

caminaron a la par por el parque, con Wave explorando cada rincón, como si fuese la primera vez que hacía ese recorrido.

— ¿cómo estuvo tu día? — preguntó Jimmy, quien aún no se atrevía a ocupar su lugar en la vida de Sea como tanto lo soñaron cuando jóvenes.

nunca hacía esa pregunta dentro de la casa. ni él la contestaba cuando el otro la hacía.

— bastante bien. — contestó, mirándolo de reojo. — aunque hoy traje trabajo a casa, tengo muchas redacciones pendientes por revisar, ¿y el tuyo?

— muy bueno, aunque no traje trabajo a casa. — bromeó Jimmy, quien en las últimas clases había estado desarmando un motor.

Sea sonrió, no por la broma, sino porque se refirió por primera vez al lugar en que vivían como "su casa". — presumido, te sentaré a mi lado a leer. — lo amenazó de forma juguetona.

— les daré buenas calificaciones. — advirtió el otro.

tal como lo había dicho, Sea tenía un montón de trabajos que revisar, así que cuando Jimmy despertó en la madrugada por una pesadilla, se encontró con él leyendo en la mesa de la cocina.

— ¿te desperté? — preguntó Sea, quitándose los lentes para descansar un momento. — ¿estás bien, Jimmy? — se puso de pie al notar la expresión asustada en su rostro.

Jimmy no lo estaba. no del todo. la mayoría de las noches lo despertaba un terrible pensamiento, la idea de que abriría los ojos y Sea no estaría ahí. 

Blue neighbourhood | JimmySeaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora