La Amanda siempre había tenido un lema junto a sus mejores amigas: "nunca enamorarse de un saco de wea" (esto incluía flaites, pelaos y weones con polola), debido a lo mal que les había ido en el amor. Lamentablemente, la Amanda se enamora como weon...
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Hola, me llamo Amanda Castillo y estoy en el living de la casa de unas copias culias. ¿Drástica la wea o no? A veces no entiendo cómo pasé de estar toda atrapada a salir todos los días de mi faking casa, pero bueno, si la vida te da limones, comete a todos los weones (mentira chiquillas).
- ¡Amanda mierda!
Salí de mi canal de YouTube imaginario en cuanto mi cara recibió un fuerte golpe, confundida miro a la Isidora, la cual tenía una almohada en las manos.
- ¡Weona, llevan como media hora hablando con la mamá en la cocina!
Me susurra, y yo levanto los hombros, total no es como que pueda ir a la cocina y pasearme como Pedro por su casa.
- ¿Y qué quieres que haga, weona? ¿Llego así de la nada y les pregunto qué onda?
Espero que mi tono de sarcasmo sea evidente, pero la Isi me asiente y empuja, esta weona a veces se pasa pa tonta.
- ¿Cómo querí que haga eso, tonta estúpida?
- Eri alaraca weona, chupalo
- ¡Anda vo' entonces!
Hoy andaba de mal humor, no quería nada, solo quería dormir, y si no fuera por Isidora, no estaría aquí, pero además mañana también pienso salir. ¿Cómo chucha le hablo a mi mamá para decirle que voy a salir otra vez? No sé.
- Perdón, chicas, es que mi mamá a veces se pone paranoica cuando hay gente que no conoce
Dijo el Benjamín un tanto avergonzado. Podía notarse por sus mejillas coloradas.
- Tranquilo flaco, no pasa nada
Le dijo la Isidora con una sonrisa. Y es que claro, realmente no importaba. La casa de estos weones valía más que la casa de Isi, la de Samy y la mía juntas. Además, se notaba que el centro de mesa valía más que mi riñón izquierdo. Pronto sonó el timbre y supe que habían llegado los que faltaban. (No tuvo nada que ver el mensaje que me mandó la Samy avisándome que estaba afuera). Vi a Tomás salir de la cocina y caminar hacia la puerta principal, la cual no estaba tan lejos como para poder escuchar sus voces y pasos en cuanto se acercaron. Todo pensamiento se esfumó en cuanto el grito de Jorge nos hizo girarnos.
- ¡¿Llegó por quién lloraban?!
Me carcajeé al ver cómo llegó, literalmente como si fuera Año Nuevo.
- Te teni cualquier fe, culiao.
Nos reímos por el comentario de la Isi y me paré para saludar a todo el mundo (somos siete).
- ¿Y qué se supone que vamos a hacer?
Buena pregunta la del Gustavo. Era una pijamada y son las cinco de la tarde, y además con un calor infernal.
- Bañarnos en la piscina po', ¿no leyeron el grupo? Puse que trajeran los trajes de baño.
Me desconcerté por lo que decía el Tomás. Yo no leí y por ende no traje ni una wea.
- Yo no leí cabros, no traje na.
Isi me mira y se ríe.
- Te traje uno, sé que eres más dispersa que la chucha.
Yo amo a esta weona, la amo.
- Te amo weona.
Me tiré a darle besos. Algunos se carcajearon y sin más Benja nos llevó a una habitación a mí y mis amiguitas bellas para cambiarnos tranquilas; al entrar Samy se nos acerca con una cara que ya conocíamos.
- Chiquilla, les quiero contar algo.
Nos miramos entre todas por unos breves segundos para luego asentir.
- Me gusta el Jorge, ¡es que está muy rico!
¡Yo sabía, yo sabía, yo sabía! Era obvio que esta wea iba a pasar, y a decir verdad, no me alegra mucho, no por Jorge o algo así, sino porque somos un grupo de amigos ahora, y si estos dos culiaos se meten, cago grupito.
- Chuta Samy, estos culiaos son sacos de wea asegurao. Yo te aconsejo que ahí nomas, total estamos bien todos como amigos.
La cara de la Samira era enojo puro, estaba roja.
- ¡Porque siempre hacen la misma wea! ¿Qué no me puede gustar acaso? ¡Son como las weas! Les gusta a ustedes nomas.
Su grito hizo que me hiciera levemente hacia atrás. Llevaba harto tiempo que Samira nos trataba como se le daba la gana.
- ¡Oye weona, bájale un cambio! ¡No te dije na malo, déjate de ser así, weon! Últimamente andai a falta de pico parece porque nos tratai como queri. Siempre andai tratándonos a mí y a Amanda como las weas. ¿Qué wea te pasa? Ubícate weona, porque uno no ha sido charcha contigo.
El grito de Isi resonó entre las paredes y Samira agarró sus weas y pegó el portazo en una casa que ni suya era.
- Esta weona no sé qué chucha le pasa.
Isi estaba aburrida al parecer. Creo que me había perdido de algo.
- ¿Había pasado antes?
Isi con la cara llena de pena me dice que sí y comienza a relatar el suceso.
- ¿Te acordai pa tecnología cuando bajamos a los computadores? ¿Y a ti te llevó la señora Damaris a enfermería porque te dolía la wata?
Asiento un poco confundida por el recuerdo de ese día. Sin embargo logro ubicarme bien en lo que me cuenta, entendiendo por dónde va la cosa.
- Ya po, nos sentamos juntas en los computadores de atrás. Y tú sabi que yo weona no soy. Veía a la Samira rara desde hace harto tiempo y quise preguntar porque a pesar de que ha sido una maraca uno se preocupa. Y la weona después de un rato me suelta una wea que me dejó entera enoja con ella. Que no quise contarte pa' qué no te sintierai mal, pero le paré los carros altiro porque tú sabi que yo no soy na' maricona.
Sabía por dónde iba la cosa pero quería pensar que no diría lo que me iba a terminar de destrozar por completo.
- Me dijo que contigo andaba atravesá, que este año habías llegado levanta de raja y que se te notaba que te querías comer al Tomas, sabiendo que ella lo había mirado primero. Y yo le dije que parara la wea contigo porque yo no te iba a pelar y que esa wea no se hacía. Le dije que vo habíai estado pa' ella en todo y que se estaba pasando contigo. Que las últimas semanas te había tratado como las weas y que te había hecho sentir mal en más de una ocasión.
Algunas lágrimas bajaron por mis mejillas. Yo no había sido maraca con ella nunca, al parecer ni siquiera eso era suficiente. Isi me miró y rápidamente corrió hacia mí, me limpió las mejillas y me abrazó afectuosamente. Me permití sollozar en su hombro con el dolor ardiente en mi pecho.
- No llores bonita, ya se le va a pasar. De seguro hoy te cuenta y se disculpa contigo. No te pongas así ¿sí? Probemos el traje de baño mejor.
