Capítulo 2: El desafío de las sombras.

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Al despertar, Ideth sintió el frío de la mañana acariciando su rostro. Con movimientos lentos y cuidadosos, se incorporó entre las sombras del bosque y se envolvió con la manta desgastada que había encontrado la noche anterior. El tejido áspero y rugoso le proporcionaban un poco de calor y comodidad en medio de la frescura matutina.

Con la manta envuelta alrededor de su cuerpo, Ideth se sentía protegida y lista para enfrentar el día que se extendía ante ella. A pesar de la incertidumbre y el dolor que la rodeaban, la esperanza seguía ardiendo en su interior, impulsándola a seguir adelante y a honrar la memoria de su hermano de la mejor manera que pudiera.

Con pasos decidido, se encamino hacia el lugar del entierro, su figura envuelta en la manta desgastada era apenas visible entre los árboles del bosque. Con cada paso, su determinación crecía, fortalecida por el recuerdo de su hermano y la promesa que se había hecho a sí misma de estar presente en ese momento de despedida, aunque fuera desde lejos y en secreto.

Con el sol apenas despertando en el horizonte, Ideth llegó al borde del bosque, desde donde podía divisar su cabaña y a toda su familia reunida, así como a varios vecinos que se habían congregado para mostrar su apoyo en aquel momento del duelo.

Desde la distancia, Ideth observaba en silencio, su corazón latía con fuerza en su pecho mientras presenciaba la escena con una mezcla de tristeza y gratitud por el apoyo que recibían. Sus ojos recorrían el grupo familiar, posándose en cada rostro conocido, en cada gesto de afecto compartido en aquel momento de pérdida.

Envuelta en su manta desgastada, se sentía aislada y distante, separada del grupo por la distancia física pero unida a ellos por el lazo invisible del amor y el duelo compartido. Aunque no podía estar presente entre ellos, su corazón estaba allí, latiendo al unísono con el de su familia mientras enfrentaban juntos la difícil tarea de despedirse de su ser querido.

En silencio, Ideth ofreció sus propias plegarias y pensamientos de consuelo, deseando estar más cerca de su familia en aquel momento de dolor. Aunque permanecía oculta en la sombra del bosque, su presencia era una muestra silenciosa de su amor y su respeto hacia su hermano y su familia, una promesa de que, aunque separados físicamente, seguirían unidos en espíritu y corazón por siempre.

Mientras Ideth se alejaba en silencio buscando refugio una vez más entre los árboles del bosque, una rama traicionera se enganchó en la manta que la cubría, arrancándola de su cabeza y dejando al descubierto su cabello rojo brillante.

El corazón de Ideth se detuvo un instante ante el repentino descubrimiento, su mente giraba en pánico mientras se daba cuenta de que su secreto se había revelado. Se apresuró a cubrirse de nuevo y se aferró a la esperanza de que nadie la hubiera visto, y se adentró rápidamente en la oscuridad del bosque, tratando desesperadamente de escapar antes de que alguien se dé cuenta de su presencia.

Mientras corría entre los árboles, los sonidos del bosque envolvían sus oídos, el susurro del viento y el crujido de las hojas bajo sus pies ahogaban el latido frenético de su corazón. Sin detenerse a mirar atrás, se sumergió aún más en la espesura del bosque, buscando un lugar donde pudiera ocultarse y encontrar la paz que tanto ansiaba.

Con cada paso, el temor y la incertidumbre la perseguían, pero también lo hacía una determinación feroz de seguir adelante, de mantener viva la esperanza de un futuro donde pudiera encontrar su lugar en el mundo sin miedo ni juicio. Con ese pensamiento en mente, siguió adelante, sin saber lo que el destino le deparaba, pero decidida a enfrentarlo con valentía y determinación.

Al llegar a su pequeño refugio en el bosque, Ideth finalmente pudo dejar escapar un suspiro de alivio. Se sentó en el suelo, sintiendo la calidez reconfortante del lugar que había llamado hogar durante un tiempo. Aunque la incertidumbre seguía acechando en las sombras de su mente, se sentía más calmada sabiendo que, al menos por el momento, había escapado del escrutinio de los demás.

Ideth Valdamir. El espíritu de la Reina Leonor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora