Capítulo 5: Corazones al descubierto.

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Kayden yacía en su cama, sumido en una mezcla de remordimiento y determinación. Repasaba una y otra vez las estupideces que había cometido, preguntándose cómo podría redimirse ante Ideth y corregir sus errores. En su mente, se formaban planes y estrategias para recuperar la confianza de la doncella que había sido testigo de su comportamiento errático. La noche se le hizo larga, pero Kayden sabía que debía encontrar una manera de enmendar sus acciones.

Con determinación renovada, Kayden se levantó temprano en la mañana, consciente de que ese día volvía a ser el protector de Ideth. Con la esperanza de poder solucionar algo, se preparó rápidamente y se dirigió hacia el lugar donde debía encontrarse con ella. Sus pensamientos estaban centrados en cómo podía empezar a reparar el daño causado y recuperar la confianza de Ideth.

Kayden saludó a Brendan con cortesía al relevarlo de sus actividades, sin rastro de los celos que lo habían consumido el día anterior.

Mientras Kayden estaba parado en el pasillo, custodiando la puerta de la habitación de Ideth, una sirvienta se acercó con un vestido sencillo y algunos elementos de aseo para la doncella. La escena era como una obra teatral, con Kayden en el papel del guardia silencioso y la sirvienta como el mensajero que trae noticias desconocidas. La tensión en el aire era palpable, y Kayden se preguntaba qué podía estar pasando por la mente de Ideth mientras ella aún descansaba en su habitación. El momento era un recordatorio vívido de la brecha que había surgido entre ellos, una brecha llena de preguntas sin respuestas y emociones sin resolver.

A medida que Ideth salía de su habitación, radiante y lista para el día, Kayden no pudo evitar sentirse abrumado por su presencia. Cuando ella lo saludó con cortesía y le pidió que la acompañara al desayuno en el jardín, Kayden asintió en silencio, sin encontrar palabras adecuadas para responder. Mientras caminaban juntos por los pasillos del castillo, el silencio entre ellos era tenso, cargado de la incertidumbre y la confusión que rondaba en la mente de Kayden. A pesar de sus mejores esfuerzos por mantener la compostura, se encontraba perdido en un mar de emociones, incapaz de articular lo que realmente quería decir.

Al llegar al jardín, se encontraron con Nessa, quien ya estaba sentada en la mesa junto con las demás doncellas. Desde lejos, Nessa lanzaba coqueteos a Kayden, una táctica que parecía destinada a irritar a Ideth. A pesar de los esfuerzos de Kayden por ignorar las insinuaciones de Nessa, la tensión en el aire era palpable, y la incomodidad se apoderaba del momento.

Ante la visible irritabilidad de Kayden, el aire en el jardín pareció volverse tenso. Con una expresión firme, ordenó al caballero de Nessa que la controlara de inmediato. Sus palabras resonaron con autoridad, pues entendía que cualquier conducta inapropiada por parte de Nessa podría desencadenar consecuencias desastrosas para todos. Sabía que, si el rey la veía comportándose de esa manera, no dudaría en expulsarla del castillo sin pensarlo dos veces, lo que pondría a todos en una situación comprometida.

Nessa, al escuchar la advertencia de Kayden, sintió cómo la realidad golpeaba su vanidad. Sabía que no podía permitirse perder su posición, y mucho menos por un arrebato de coquetería. A pesar de su deseo de destacar y llamar la atención, comprendió la gravedad de la situación y se vio obligada a controlarse. Con una mirada llena de odio y frustración, se contuvo, pero su resentimiento hacia Kayden creció aún más, prometiéndose encontrar una manera de vengarse por la humillación pública.

La sorpresa de Ideth al presenciar la reacción de Kayden fue evidente. ¿Habría malinterpretado su mirada hacia Nessa el día anterior? En el fondo de su corazón, esperaba que sí. Mientras tanto, las demás doncellas se regocijaban abiertamente de que alguien finalmente le hubiera puesto un alto a Nessa y sus coqueteos sin fin. La escena no pasó desapercibida para Nessa, quien dirigía miradas llenas de odio hacia todas y cada una de las doncellas, consciente de que su posición había sido desafiada y humillada frente a todos.

Ideth Valdamir. El espíritu de la Reina Leonor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora