IX: Transición.

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Sus ojos se abrieron de inmediato, alzando la daga recién pulida, que hasta ahora había estado sosteniendo, como instinto de defensa. Su pulso disparándose, haciendo que su respiración incrementara en velocidad. Su mano libre yendo disparada hacia el cuello de aquel individuo.

Amplios ojos de un suave color miel y espesas pestañas rubias captaron su atención. Aquellas delicadas manos que hasta hace un segundo se encargaron de sacudir sus hombros, ahora se deslizaban con lentitud por los costados de su cuello, deteniéndose sobre sus mejillas para tomar suavemente su rostro.

—¿No te han dicho que no deberías quedarte dormido mientras limpias armas?, es peligroso.

—¿No te han dicho que no deberías despertar a un vampiro que sostiene un arma?, es peligroso —Contraatacó el príncipe mientras cerraba sus ojos ante el toque del novicio, suspirando ruidosamente mientras soltaba el agarre en su cuello.

Una pequeña risita se hizo escuchar, acompañada de un suave peso recargándose sobre su regazo, tal y como en la pesadilla de la que acababa de despertar, pero ésta vez, se sentía cómodo con ello, totalmente correcto. Una calma inundó sus sentidos, haciéndole sentir flotando entre suaves nubes.

—Tienes razón, lo siento mucho —Dijo el menor en un tono bajo, arrastrando las palabras en una lenta pronunciación, por alguna razón haciendo que suene bastante íntimo para el príncipe.

Abriendo nuevamente sus ojos, se encontró con el rostro del novicio. Suaves mejillas coloradas, aquellos pequeños aleteos que sus rubias pestañas creaban, y el calmo sonido de su respiración. Una exquisita escena de ver.

Mientras dejaba descansar cuidadosamente el arma blanca sobre la mesa de trabajo, sus miradas conectaron, como siempre perdiéndose entre sí. Las manos del menor fueron a parar tras su nuca, otorgándole suaves caricias con las yemas de sus dedos, éstos enredándose con algunos mechones de su larga cabellera azabache. Compartiendo una genuina sonrisa, rebosantes de tranquilidad y comodidad, ambos acercaron sus rostros lentamente hasta unir sus belfos en una magnífica danza, al compás del crepitar del fuego ardiendo en la chimenea. Los brazos de YoonOh rodearon con una contrastante gentileza y posesión la cintura de TaeYong, repartiendo pequeñas caricias en sus costados, sonriendo ampliamente sobre los labios del ajeno al sentir las piernas de éste cerrarse alrededor de su cuerpo. Pecho con pecho, corazón con corazón, ambos latiendo al unísono mientras sus labios tomaban más auge, poco a poco el calor subiendo dentro de cada uno.

YoonOh no podía negar que se sentía completamente extasiado cuando se encontraba a solas con TaeYong. Cada pequeña mirada que compartían, cada mínimo toque que se formaba entre sus cuerpos, era suficiente para erizarle el cuerpo a cualquiera que estuviese cerca, era una droga electrizante que jamás había probado antes en sus siglos de vida. No estaba seguro de si todo eso era debido al vínculo inesperado, o si es algo que poco a poco ha ido creciendo con el pasar de los días, pero estaba seguro de que quería seguir experimentando todo eso y más con el rubio entre sus brazos.

Un pequeño sonido se creó entre sus labios al separarse, haciendo que ambos sonrieran con complicidad. Manteniendo su mirada atenta a las hermosas facciones del novicio, mientras éste guiaba toda su atención a la mesa que tenían a un lado. Parecía maravillado por el contenido variado esparcido en ella, desde diferentes tipos de dagas, puntas de lanzas, mapas de algunos lugares clave, y muchos objetos más que siempre le han sido de mucha ayuda. Sonriendo ampliamente, salpicó con pequeños besos el rostro del menor.

—¿Te gusta lo que ves? —Preguntó en un tono bajo y profundo cerca de la oreja del menor, para después dejar ligeros besos en el área bajo esta.

—Me encanta, es como, esas películas de fantasía —Respondió sin retirar su atención de aquellos objetos, admirando cada uno de éstos y suspirando como un pequeño niño al ver algo increíble por primera vez.

©  Señor de la Noche  -  JaeYong. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora