III: Circo de juzgados.

70 9 2
                                    

-La verdad no entiendo el porqué tengo que llevar ésto puesto - Refunfuñó TaeYong cual infante, cruzándose de brazos en una clara demostración corporal de su disgusto.

No le encontraba el más mínimo sentido al hecho de tener que transitar por las calles casi oculto para los ojos de los demás.

Casi se sentía un adefesio extraño al llevar aquella pesada túnica, cuya capucha cubría su rostro hasta el mentón, era tan ridícula y absurda la situación. La gota que derramó el vaso fue el tener que ir de la mano de aquel vampiro fortachón, porque para su desgracia, aquella prenda del demonio le quitaba toda su capacidad de visión.

-Oh vamos, no es tan malo. Al menos no tienes un cono de la vergüenza en tu cabeza -. El rubio chico que lo guiaba parecía más concentrado en el camino que en sus lloriqueos.

Una carcajada descarada se hizo escuchar.

-Es un precio a pagar, agradécele a YoonOh por ello -. Intervino DoYoung, dueño de dicha carcajada. Su voz sonando con ironía.

TaeYong intentó encontrarle algún sentido a sus palabras, ¿un precio a pagar?

¿A qué se refería?

YoonOh...

¿Dónde está YoonOh en este preciso momento?

La última vez que se habían visto era ésta mañana, en la casa de éste mismo.

Era extraño que con unos pocos días conociéndose ya tuvieran una cierta cercanía hacia el otro. Si es que se podía llamar cercanía a eso.

Era lo más cercano que tenía a un amigo en éste lugar que, por desgracia, no había tenido ni siquiera una oportunidad de ver, porque siempre que salían debían llevarlo con esa túnica, que si bien no era fea, tampoco incómoda, y ni hablar del aroma a YoonOh que ésta desprendía, ya comenzaba a sentirse cansado de llevarla.

El alto rubio que lo llevaba de la mano -más bien del brazo, como a un prisionero o en su defecto, un niño regañado y castigado- detuvo su andar abruptamente, por consiguiente DoYoung hizo lo mismo, haciendo que TaeYong se tropezara con sus anatomías.

-Oigan, al menos la próxima avísenme que van a... - Sus palabras se vieron interrumpidas por un leve pellizco en el dorso de su mano, tomando eso como una advertencia, TaeYong decidió hacer caso y callar.

Una inteligente elección, pronto se dió

-Suh, Kim - Una voz grave se hizo escuchar, la cual tenía dejes de dureza en ella, casi, por no decir que absolutamente, autoritaria.

TaeYong pudo sentir el agarre de Johnny apretarse con un poco más de fuerza en su brazo, y la maldición que soltó DoYoung en un murmullo no pasó desapercibida por sus sensibles oídos de vampiros novicio.

Apestaba a escalas abismales ser un novicio, podía sentir la subestimación tan espesa en el aire.

-Mi Señor -. Ambos chicos dijeron al unísono, sonando tan solemnes.

TaeYong sintió el movimiento de ambos cuerpos, éstos haciendo una cordial reverencia, bendito instinto de Nosferatu.

-Vengan inmediatamente conmigo, traigan al chico con ustedes, rápido -. Voz demandante, ningún rastro de titubeo en ella, TaeYong ya no sabía porqué empezaba a sentirse nervioso.

©  Señor de la Noche  -  JaeYong. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora