VI: Preguntas de un novicio.

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YoonOh se dirigió hacia su casa, donde estaban todos sus amigos, anualmente se ponían de acuerdo para pasar épocas de cacería reunidos en el hogar del príncipe. Al llegar los encontró en la sala, pudo ver que éstos se encontraban creando estrategias para el inicio de la caza que se acercaba cada vez más con los días.

—¡Mi Yuuunoo! — Aquella vocecita, aquel apodo, el cansancio en su cuerpo y corazón desaparecieron de inmediato, sintiéndose cálido y alegre de ver la pequeña figura que se acercaba a él tan rápido como un rayo en el cielo, saltando hacia él, el pequeño vampiro estiró sus bracitos hacia el vampiro mayor.

YoonOh lo recibió con total disposición en sus brazos, llenando de pequeños besos sus regordetas mejillas.

—Mi SungChan, mi pequeño — El hombre sonrió de par en par mientras repartía flojas cosquillas en la panza del niño.

—Sung, SungChan, demonios, éste pequeño — Jadeando de cansancio e hincándose TaeYong intentó seguirle el paso al pequeño vampiro.

YoonOh se dobló hacia atrás presa de las carcajadas que salían sin filtro ni descanso de su ser, era hilarante ver a un bebé vampiro vencer con tanta facilidad a un novicio.

—Por la Luna, YoonOh.

Todos miraron al recién llegado cargando a la pequeña luz de su vida. Éste carraspeó su garganta luego de las incesantes risas, aferrando sus extremidades al pequeño regordete en su dominio.

—No necesito más sermones — Dijo el hombre mientras se dirigía escaleras arriba, siendo seguido por TaeYong, quien llevaba una botella de sangre para el pequeño.

—Yoon... YoonOh, ¡YoonOh! — TaeYong estaba tan exhausto que alcanzar al alto vampiro comenzaba a serle difícil. Y más difícil aún llamar su atención cuando éste lo ignoraba.

TaeYong fue a parar al suelo, la botella de sangre rodando hacia los pies del príncipe mientras éste se volteaba a ver a su aprendiz tendido en el suelo.

El corazón de YoonOh dió un salto por la escena ante él, rápidamente dejando con cuidado al pequeño en el suelo, se acercó a largas y apuradas zancadas hacia el bello chico casi desmayado.

—Por Satanás, TaeYong — El pelinegro se agachó para tomar al anonadado novicio entre sus brazos, éste de inmediato tomó en puños la pesada tela terciopelo de su túnica, buscando aferrarse.

¿Taong?, ¿qué le pasa? — Preguntó con genuina preocupación el pequeño vampiro mientras miraba a su padre tomar en brazos al bonito chico rubio.

—Mis, mis piernas, mis malditas piernas me tiemblan tanto — Dijo con horror el esbelto novicio mientras clavaba sus uñas sin miramientos en los fuertes brazos que lo sostenían.

YoonOh soltó un pesado suspiro, preocupado, mirando hacia la ventana, la luna estaba creciente, aún no era tiempo para la iniciación del chico, y hasta entonces tendría que estar teniendo estos colapsos.

—Calma TaeYong, vas a asustar a SungChan, todo estará bien — Susurró al oído sensible del novicio, éste se estremeció entre sus brazos al instante, asintiendo.

—No pasa nada, Sung, Taong estará bien.

La voz tranquilizadora del vampiro hizo asentir también al niño.

—Ven con papá, entremos.

YoonOh continuó su camino hacia la habitación principal siendo seguido por su hijo. Al llegar dejó cuidadosamente al chico en la cama, éste lo miraba con clara preocupación en su rostro.

©  Señor de la Noche  -  JaeYong. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora