Donde Nyx Odinson es expulsada de Asgard y enviada a la Tierra como castigo por su padre, quién quería que ella viviera una vida normal como "humana" como penitencia.
¿Pero quién le diría que allí se vería rodeada de vampiros, brujas, híbridos, homb...
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Abrí los ojos y miré a mi alrededor, el Bifrost me había dejado en la entrada de un pueblo. Me acerqué a leer el cartel de bienvenida.
─ Bienvenidos a Mystic Falls, maravilloso.─ susurré para mi misma─ Heimdall, ¿no podría haber un cambio de sitio, al menos?─ pregunté sabiendo claramente la respuesta.
No.
Respiré hondo y me preparé para empezar a caminar hacia el interior del pueblo. No me hacia mucha ilusión, pero no tenía más remedio.
(...)
Tras la caminata más larga de mi vida, llegué a Mystic Falls. Era precioso, debía admitirlo. Un ambiente bastante familiar y eso me agradaba, no sería tan complicado encajar.
─ Mierda.─ susurré al ver como se oscurecía.
Observé a mi alrededor y vi como un hombre colgaba un cartel de "se alquila un departamento", que maravillosa oportunidad.
─ Hola.─ hablé suavemente, cambiando mi tono a uno algo coqueta, pero sutil─ ¿Estás poniendo o quitando el cartel?
─ Poniéndolo, ¿te interesa?─ me preguntó el chico y sonreí.
─ Sí, estoy interesada. Soy nueva aquí y me está siendo difícil conocer el pueblo.─ mentí.
Él sonrió coqueto.─ Yo podría ayudarte, si te parece bien.
Sonreí y acomodé un mechón detrás de mi oreja.─ ¡Claro! Muchas gracias, eres un encanto.─ sonreí.
Él sonrió y me miró de arriba abajo, pensando que no me daría cuenta. ¿Son tan estúpidos aquí?
─ ¿Quieres...tomar algo?─ me preguntó coqueto y solté una sutil carcajada.
─ ¿Acaso estás coqueteando conmigo?─ pregunté cruzándome de brazos.
─ Puede, ¿cómo no hacerlo con una señorita tan preciosa?─ sonreí.
─ Bien, me encantaría tomar algo contigo y así hablar de ese departamento tuyo.
Él asintió.
Esto sería tan fácil.
(...)
Evans, que así se llamaba el chico, se había pasado toda la noche intentando meterme en su cama, aquí no son muy...caballerosos por lo que veo. Mi madre se sorprendería. El me hablaba de que es agente de policía y me hablaba sobre el pueblo y lo raro que es. Asesinatos donde salían cuerpos sin sangre, desaparecía gente...etc.
─ ¿Tú de dónde eres?─ me preguntó y lo miré.
─ Vengo de Nueva York.─ mentí.
─ Nueva York, precioso.─ le dio un sorbo a su bebida─ ¿Y qué te hizo dejar una ciudad tan preciosa, para venir aquí?─ me preguntó y solté una carcajada.
