•Capítulo 3•

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Al día siguiente, Harry se encontró llegando al trabajo al mismo tiempo que Dean Thomas. Lo miró con pánico, porque era difícil hablar con Thomas en los mejores días desde que Thomas lo odiaba, y hoy era aún peor ya que la única apertura de conversación que Harry podía pensar era '¿Has acosado sexualmente a alguien más en las duchas últimamente?'.

Después de que Dean Thomas le diera una mirada de enorme vergüenza que parecía afortunadamente no estar mezclada con lujuria desenfrenada, Harry abrió la puerta y una ráfaga de cálido aroma a menta salió hacia ellos. Olía como si la sede de los Aurores hubiera estado cepillándose los dientes toda la noche.

-Malfoy ha vuelto a hacer algo loco, ¿verdad? -dijo Thomas en un calmado y fatalista tono que recordaba a Kingsley Shacklebolt.

-Increíbles habilidades investigativas las que tienes -dijo Harry y subió las escaleras de dos en dos-. ¿Estás entrenado del todo?

En el escritorio de recepcionista de Lisa estaba sentado Malfoy, hablando tranquilamente en el fuego instalado de Lisa.

-Oficina central de los Aurores, ¿en qué puedo ayudarlo?

-¿Qué estás haciendo? -preguntó Harry.

-Espere un momento -ronroneó Malfoy agradablemente en el fuego, y levantó la vista-. ¡Buenos días, señor! -le dijo a Harry, con una brillante sonrisa profesional.

-¿Qué estás haciendo? -repitió Harry, aunque '¿qué estás tomando?' también se le ocurrió como una pregunta razonable.

Malfoy apoyó su mentón en sus manos entrelazadas.

-Bueno -dijo-. Lisa necesitaba ir por una extraña cosa muggle llamada escáneres TAC, por lo de caerse y sufrir todos esos repetidos traumas en la cabeza. Así que me ofrecí para cubrirla, para hacer que la transición al nuevo estado de emergencia Veela sea más suave.

- Em...

-Emergencia -proporcionó Malfoy útilmente, y señaló hacia el enorme cubo en su escritorio-. Tome unos cuantos caramelos de menta, por favor. Los cubos de menta están posicionados por todo el edificio, no más de tres metros de distancia entre ellos. En caso de urgencias sexuales inmediatas y apremiantes, por favor, diríjase a su cubo de menta más cercano lo más rápido posible.

Malfoy parecía cansado. Había pasado otra de sus noches en vela, y aquí estaba el esquema lunático para probarlo.

Dean Thomas había alcanzado a Harry, y actualmente estaba mirando alrededor, observando el cubo de menta y a Malfoy lidiando con las quejas de un cliente.

-Lo lamento mucho por el señor Malfoy -dijo Malfoy-. A veces su conducta profesional puede ser inapropiada, estoy de acuerdo. Pero luego es muy apuesto. Le aseguro que será disciplinado adecuadamente.

-Tomando nota de eso para Shacklebolt, ¿no? -inquirió Harry.

-Shacklebolt es un hombre ocupado -dijo Malfoy-. No puedo aburrirlo con cada pequeñez que surge. Buenos días, señor Thomas. Es un día encantador, ¿no es así?

Dean empezaba a verse muy entretenido. Él y Malfoy se llevaban muy bien, aunque insultar a Harry parecía ser su único interés común.

-Encantador -dijo, sonriendo-. Siempre me gusta ver a bonitos recepcionistas rubios por aquí.

Si no fuera por el hecho de que Harry era completamente consciente de que Dean, un hombre que jugaba un juego largo, estaba en correspondencia regular y a veces visitaba a Ginny en Francia, podría haber juntado esto y el incidente de la ducha y haber llegado a algunas sospechas oscuras.

Malfoy parpadeó.

-Oh, señor, no lo haga. No vale la pena arriesgar mi trabajo por coquetear con los Aurores.

Mortalmente Hermoso |Traducción|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora