4. Apuesta

411 59 20
                                    

Nota: Coman hijos míos, pronto publico otro capitulo de dejavú, si tienen alguna sugerencia o algo díganme estaré feliz de leerlos.



La mente del alfa se había convertido en un completo caos.

La sensación de ansiedad, náuseas, temblores, el aumento de su ritmo cardiaco, el sudor bajando por su cuello hasta ser absorbido por el cuello de su camisa, su respiración pesada... era emocionante, necesitaba volver a experimentar esa sensación. Era como una droga a la que se había vuelto adicto.

Su mente empezó a trabajar en diferentes escenarios en los que posiblemente podría experimentar esas mismas sensaciones, a parte de sus experimentos científicos creando un cohete o practicando con químicos no había nada ni nadie que le emocionara realmente. Fueron 3 días, 13 horas, 25 minutos y 46 segundos tratando de entender sobre ese extraño despertar hasta que se rindió y busco ayuda en su padre.

- Bueno hijo ya eres todo un alfa y sabes que eso conlleva a cambios.

- Por favor saltémonos la clase de educación sexual innecesaria y vallamos al grano, ¿Por qué no siento nada? No lloro, no sonrío, no hay risas ni gritos. Viejo di la verdad ¿ya has visto esto antes? – arqueo una ceja al ver como Byakuya dejaba de revolver el guiso y sus hombros se tensaban, su aroma a coco se volvió turbulento. Tras 24 segundos de completo silencio el mayor suspiro, Senku tomo eso como una oportunidad de ganar información y camino a la alacena tomando algunos platos para acomodarlos en la mesa para cenar.

- Puedes ser muy cruel cuando quieres hijo... no puedo decir mucho ya que hice una promesa hace mucho a tu padre biológico y la verdad yo tampoco entiendo cómo funciona, pero es genético y no hay cura. Perdón hijo, pero deberás vivir con eso el resto de tu vida.

Ahora tenía un punto de inicio para investigar, analizo cada posible variante existente que desencadenara esos arranques de ira extrema y sed de sangre.

Si alguien lo molestaba: no había reacción.

Si alguien le gritaba o golpeaba: no había reacción.

Si alguien molestaba a uno de sus amigos: reacción inmediata.

Si alguien amenazaba a su familia: reacción inmediata.

Sus más cercanos se volvían un factor detonante al momento de usar la violencia, sin embargo, eso sería conflictivo a largo plazo ya que cavia la posibilidad de que lo descubrieran, debía ser creativo y sigiloso además de selectivo con cualquier victima... o tal vez podría dejarlo a la suerte.

Decidió realizar un ligero experimento la siguiente semana cuando salió temprano de la escuela, le mando un mensaje a Lilian que él iría a recoger a Suika. Espero pacientemente cerca de la reja del patio mirando su teléfono haciendo algunos cálculos para su próximo cohete, un olor extraño inundo sus fosas nasales haciéndolo ver a su alrededor buscando la fuente del aroma agrio y repulsivo, desgraciadamente no logró encontrar nada, pero eso no quito la sensación de asco.

- ¡Senku! – la pequeña niña rubia de redondos anteojos corrió hacia él sujetando su mochila verde menta con una mano y su abrigo con la otra, no dijo nada cuando le abrazo las piernas y poso su mano en su cabeza a modo de saludo.

- Hoy Suika se ha portado muy bien, es una niña muy inteligente – mencionó la maestra de su hermana, era una beta alta de cabellos castaños claros y ojos avellana, piel pálida y bien cuidada con un lunar en el mentón. El peliverde solo asintió y observo al hombre que caminaba detrás de la profesora, un hombre alto y robusto de barba gruesa y desorganizada, sus ropas eran viejas y sucias, era claro que había bebido alcohol.

"Él es todo para mí"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora