Tipo: Imagina
Advertencias: Contenido Sexual y Lenguaje.
Caminaba deprisa por el parque, aquellos chicos no dejaban de seguirme, y no sabía donde meterme, eran las once de la noche, y nadie en su sano juicio tendría la ocurrencia de visitar ese parque a tales horas de la noche, menos yo aunque tuve esa gran idea. Aquellos chicos pretendían reírse de mi y tal vez pegarme, como siempre, bullying hacia la hija del hombre verde. No encontraba la salida del parque, y las lagrimas no me dejaban ver más allá de mis pies. Corrí, hasta que uno de ellos me alcanzó.
-¿Intentabas escapar nerd? -me susurró a un milímetro de la oreja, activando mis bellos uno a uno.
-Sí.. -balbuceé entre sollozos -Por Favor no me peguen, por favor otra vez no. -lloriquee.
-Te lo mereces. -dijo otro de ellos, llegando por detrás, con la sonrisa más maléfica que había visto hasta el momento. - Pero... Esta vez no vamos a pegarte. -miró mis pantalones.
En seguida entendí lo que iba a pasar. Iban a forzarme, allí en el parque, que podía hacer?, Me ganaban en fuerza, de todas maneras me daba igual absolutamente todo. Ser la hija del doctor Bruce Banner o Hulk no era fácil, todos en la escuela me molestaban y desde que mi papa desapareció no tengo razones para tenerle importancia a la vida, el era todo lo que me quedaba.-Ven aquí.. -murmuró uno de ellos, el más alto, pasando su asquerosa mano por mis mechones.
-Por favor... No lo hagan. -conseguí decir entre suspiro y suspiro de tristeza.
-No nos importa preciosa -me dijo el que sería el segundo líder -Vamos hacértelo de todas maneras. -se acercó, y subiendo mi camiseta, me dejó en sostén.
Lloré en silencio, mientras me manoseaban. Sabía todo lo que venía, pero sólo conseguía sollozar ante ello. Me quitaron el pantalón, dejándome así en completa ropa interior. Temblé como nunca, con las manos puestas en mi pecho, haciéndome pequeña. Era consciente de que después de eso, iba a quitarme la vida como fuera, porque no me servía de nada seguir aquí. Uno de esos chicos, me agarró las bragas, e intentó tirar de ellas.
-Quita tus putas manos de ella. -advirtió una sombra a lo lejos, no lograba ver quien era el dueño de la voz pero estaba segura de que ese acento ya lo había escuchado.
-Vamos niño no creo que quieras meterte con nosotros. -contestó el chico que tenía sus manos en mis bragas.
La sombra misteriosa se acercó, y pude ver a.. ¿Pietro?. Estaba muy serio, y llevaba una chaqueta negra encima de una básica blanca, unos pantalones oscuros, que iban moviéndose a medida que se acercaban a la banda de chicos que me tenían acorralada contra un árbol.
-¿Pero quién mierda te crees que eres, para tratar así una chica? -preguntó Pietro.
-Ella no es más que basura inútil, así que por lo menos, vamos hacerla gritar de placer, esta bastante buena -Pietro se acercó aun mas.
-Te voy a matar si no sacas tus asquerosas manos de ella -amenazó.
-¿A caso te importa? -vaciló el más alto de los chicos.
-Sí. Mucho. Voy a contar hasta 3. -murmuraba mientras los miraba sereno. Contó hasta tres como el lo dijo y en menos de lo que parpadeaba ellos ya se encontraban en el suelo a doloridos.
-Ahora fuera. -dio un paso adelante hacia mi.
-Te encontraremos. -dijo uno de los chicos, marchándose.
Me desplomé a llorar en el suelo, sin ropa, con el suelo frío y polvoroso recorriendo mi cuerpo. Tatué mis lagrimas en el suelo, dejándolas como muestra de dolor. No tuve fuerzas para mirar a Pietro, pero fue él quien se acercó a mi.