Tipo: Imagina
Advertencia: Smut.
Llevabas ya 4 meses en la torre Stark, habían descubierto tus poderes cuando estabas en un bosque a las orillas del río mientras lograbas hacer que este se congelara y se descongelara en segundos para luego manipularlo a tu gana. Tu simplemente habías nacido así, y no le habías dicho a nadie por miedo a ser tratada como monstruo.
Lo que finalmente sucedió cuando te encontraron formando una ola con tus mano, te llevaron los federales pero nunca pensaste en defenderte con tus poderes, lo que menos querías era ser tomada como un peligro. Finalmente intercedió S.H.I.E.L.D tomándote y te transformaron en un agente. Ahí fue cuando lo conociste, apenas sentiste esa brisa pasar por tu lado y esa risa arrogante fue cuando comenzaste a odiarlo.
-¿Eso es todo lo que puedes? -te desafiaba cada vez que podía.
-Cállate Maximoff -dijiste cortante mientras formabas una esfera con agua para luego convertirla en hielo y lanzársela, él la esquivó y corrió a ti.
-Cállame -estaba muy cerca, podías sentir su respiración en tu cara, tu pulso se aceleró, esa mirada desafiante te hacía sentir cosas que no entendías. o no querías entender, pero no querías que dejara de hacerlo.
-Ya, basta -interrumpió Natasha.
-No sé cuál es tu idea de entrenar con ella si siempre terminan odiándose más -le decía a Pietro.
-¿Él te pide entrenar conmigo? -dijiste escéptica, Pietro siempre te decía que lo obligaban a entrenar contigo, cuando le preguntaste a Nat viste como él se tapó la cara con su mano y miró con odio a la agente.
-¿Se supone que no debía decir eso? -Natasha le preguntó al gemelo, él le negó con la cabeza. -Oops, mejor me voy -camino hacia la salida y se fue.
-¿Tienes algo que decir? -pusiste ambas manos en tu cadera, él te miró, de nuevo con esa mirada que hacía que todo tu cuerpo se alborotara, sentías mariposas en tu estómago, al parecer él lo notó y se acercó más.
-No hagas como si no lo hubieras sabido desde siempre -quedaron frente a frente. -llevamos cinco entrenamientos juntos consecutivos, eres más inteligente que eso -no dejaba de acercarse y tu diste un paso atrás, hubieras seguido alejándote pero Pietro te lo impidió poniendo una mano en tu cintura y apegándote a él.
-¿Qué estás haciendo? -intentaste esquivar lo obvio, te soltaste de su agarre y te fuiste apurada al baño.
Te miraste al espejo, estabas toda roja y tenías las pupilas dilatadas, abriste el grifo del agua y con tus manos desafiaste la gravedad haciendo que el agua fuera hacia tu cara. ¿Qué me sucede?. no querías aceptar que lo único que querías era estar en sus brazos otra vez.
Dejaste el agua y te echaste tu cabello hacia atrás cuando te miraste al espejo diste un brinco al verlo atrás tuyo apoyado en la pared con los brazos cruzados y una pierna apoyada. Te diste vuelta, diste un respiro profundo y en menos de un segundo Pietro te tenía acorralada con sus manos en tus caderas, no lo dudaste y lo besaste, al principio fue un beso lento, como cuando pruebas algo por primera vez, pero comenzó a subir de intensidad, sus labios atacaban los tuyos y tú sólo te dejabas llevar. Te tomó por los muslos y te sentó en el lavamanos, envolviste tus piernas alrededor de su torso, lograste sentir su miembro endurecido, joder, nunca te habías sentido tan caliente ni ansiosa, con sus manos te tocaba por cada lugar que podía, sacó tu camisa para luego tu sacar la de él dejando ver su cuerpo marcado, comenzaste a besar su cuello y su pecho, sujetó tu cara para mirarte fijamente y volver a besarte, sin darte cuenta te había desabrochado tu sujetador, te lo sacaste y sonreíste a ver su cara de satisfacción, gemiste cuando comenzó a besar tus pechos y masajearlos, te sacó del lavamanos sin soltarte de su agarre y te llevó a una banca de los camarines, se sentó dejándote a ti arriba de el a horcajadas, de este modo pudiste sentir más su miembro que rozaba tu zona púbica, instintivamente comenzaste a moverte sobre él.
-Joder -gimió en tu oído. -Si sigues así no duraré -te dijo al odio mientras mordía tu cuello.
-Entonces qué esperas -tu voz salió entre cortada, te besó profundamente y en un abrir de ojos su miembro ya estaba expuesto y tus calzas en el suelo.
-¿Acaso no lo viste venir? -dijo cuando vio tu cara de asombro y reíste ansiosa.
Tomaste su miembro en tu mano, jugaste un poco con él, reías mientras escuchabas como Pietro maldecía en otro idioma, alineaste su miembro para poder sentarte sobre él sin dificultad. El gemelo te ayudó sujetando tus caderas mientras te penetraba por primera vez. Apoyaste tu cabeza sobre su hombro mientras gemías, una vez completamente adentro te habló al oído.
-¿Estás lista? -asentiste con tu cabeza y te erguiste, y así comenzaron a moverse sincronizados, sin darte cuenta el baño comenzó a llenarse de vapor, inconscientemente estabas calentando todo rastro de agua, pero te sobresaltaste cuando comenzaste a sentir una vibración en tu zona intima.
-¡Joder! -gemiste al ver tu reacción Pietro no dudó en seguir con lo que hacía, ya estabas llegando y su cara te decía que él igual estaba a punto de llegar al orgasmo. Finalmente llegaste al orgasmo, arañaste su espalda al sentir como llegabas. No faltó mucho para qué él lo hiciera también y gimió en tu oído, dejándote un hormigueo por toda tu espalda.
Caíste sobre él los dos tenían la respiración agitada, mientras Pietro te acariciaba la espalda con su mano.
-Eres increíble -susurró a tu oído. -Evaporaste toda el agua -dijo asombrado. Te enderezaste para ver lo que habías hecho y con tus manos volviste el vapor a líquido creando una pequeña llovizna.
-Creo que ya no me molesta mucho entrenar contigo -le comentaste y el sólo rio.
-A mí nunca me molestó- te respondió dejándote un beso en tu hombro.
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Crédito: @bxrnesmaximxff
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