𝟎𝟒: 𝐋𝐚 𝐭𝐫𝐚𝐢𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐲 𝐞𝐥 𝐩𝐞𝐫𝐝𝐨́𝐧

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04 de febrero de 2023


El Colo, como le decían a Valentín Barco, necesitaba liberarse. La discusión con Samira lo había dejado hecho un nudo en el estómago, otra vez había recaído, otra vez encontró droga en su departamento. ¿Cómo habían llegado a ese punto? Él, uno de los mejores jugadores de boca en ese momento, y ella, la chica que había conquistado su corazón con su sonrisa y su mirada intensa.

La noche estaba fresca, y el olor a asado y alcohol llenaba el aire. Exequiel, Equi y Luca, sus amigos, lo esperaban en el boliche. El Colo se puso la gorra hacia atrás, ajustó su remera de Boca y salió a la calle. El viento le pegó en la cara, y por un momento, sintió que podía dejar atrás todos sus problemas.

—¡Colo, vení, que ya pedimos una jarra de fernet! —gritó Exequiel desde la puerta del boliche.

El Colo entró al lugar, y la música lo envolvió. Las luces de parpadeaban al ritmo de la música. Las chicas se movían sensualmente, y los chicos las abrazaban acercándolas más a ellos. El Colo se dejó llevar por el alcohol y la música. Bailó con una rubia de ojos verdes, la miro y la beso apasionadamente, y de un momento a otro estaban en su ato teniendo relaciones.

 Cuando terminaron se metieron otra vez al boliche, pero cuando la canción cambió y sonó un tema de Samira, en ese momento se acordó de su novia a los momentos felices que habían compartido antes de que todo se volviera oscuro. Se alejo de la rubia y se dirigió a la barra.

—¿Otra cerveza, Colo? —preguntó el bartender.

—No, dame un vaso de fernet.

El Colo se apoyó en la barra y miró a su alrededor. Las parejas se besaban, y él se sentía solo. ¿Qué había pasado con ellos? Samira era su todo, pero la adicción la había transformado en alguien irreconocible. Y él, en su desesperación, había buscado consuelo en los brazos de otra mujer.

—¿Colo, estás bien? —preguntó Luca, acercándose a él.

—No, Luca. Nada está bien. —El Colo tomó un trago largo de su fernet—. Me equivoqué, hermano. La extraño tanto que duele.

Luca lo miró con comprensión. Los amigos no necesitaban palabras para entenderse. El Colo sabía que había cometido un error, pero no podía borrar el deseo y la pasión que lo habían llevado a los brazos de otra mujer.

La noche siguió, y el Colo se perdió en la música y el alcohol. Pero en el fondo de su corazón, sabía que había herido a Samira de una manera horrible. Las luces del boliche parpadeaban, y él se sintió más solo que nunca.


Dos días después...

𝙽𝚊𝚛𝚛𝚊  𝚂𝚊𝚖𝚒𝚛𝚊:

La noche en que descubrí la infidelidad del Colo, el mundo se desmoronó a mi alrededor. Las lágrimas caían, y me dolía el pecho de una manera horrible. ¿Cómo había llegado a esto? Yo que siempre ame a Valentín con todo mi ser, ahora enfrentaba la traición más horrible.

Me refugié en la casa de mi mamá. El olor a sopa de verduras y el abrazo cálido de su cocina me reconfortaron un poco. Mamá no preguntó demasiado; simplemente me sostuvo mientras lloraba y me recordó que merecía algo mejor. Pero mi corazón seguía amando al Colo, a pesar de todo.

Pasaron los días, y la soledad me carcomía. Extrañaba su risa, su olor y sus brazos alrededor de mí. ¿Capaz puedo perdonarlo? ¿Podría sanar las heridas que él mismo había causado?

Una tarde, tomé una decisión. Volví al departamento que compartíamos, solo para llevar la ropa que me quedaba ahí. El olor a cigarrillo y a perfume barato me golpeó al abrir la puerta. El Colo estaba sentado en el sillón, con la mirada perdida en la televisión. Al verme, su expresión se transformó en una mezcla de sorpresa y felicidad.

—Sami... —susurró, levantándose.

— Hola. — hable. — Vengo a buscar las cosas que me quedan, después me voy.

El asintió, y me acompaño a la habitación que compartíamos.

Mientras guardaba la poca ropa que tenía en la mochila, de reojo veía como me miraba guardar, quería decirme algo.

— Sam, podemos hablar? — pregunta, y yo ni lo miro. — por favor, en algún momento tenemos que hablar de lo que paso.

Suspiro y dejo la mochila de lado para mirarlo.

— No tengo ganas ahora Valentín, otro día. — digo, guardo lo último que me queda en la mochila, la cierro y me dirijo a la puerta.

Cuando estaba por abrir la puerta, Valen se adelantó y se puso enfrente de la puerta para que no me vaya.

— Por favor, amor, hablemos. — dice rogándome.

— Mira Valentín, no tengo ganas de hablar. Mañana vengo y hablamos bien. — digo, y trato de sacarlo, pero no puedo.

Me insiste una vez y ahí acepto, ya me estaba cansado.

— Mira Sami, yo sé que lo que hice te lastimo. — dice, y yo asiento. — pero te pido otra oportunidad amor.

— No se Valen, te cagaste en mí y en nuestra relación. Me hiciste mierda la poca autoestima que me quedaba. — digo, enseguida agacha la cabeza.

— Por eso te pido otra oportunidad linda. —dice, se acerca y pasa sus manos por mi cintura. — para arreglar lo que yo mismo rompí.

Lo miro a los ojos y veo que está realmente arrepentido, me muerdo labio inferior tratando de no darle otra oportunidad... pero eso hice.

— Bueno, está bien. — digo y él sonrió enseguida. — te doy otra oportunidad.

— Te amo Sam. — dice, me agarra la cara y me besa. — voy a cambiar amor, en serio.

Así comenzó nuestra segunda oportunidad. Las noches se llenaron de conversaciones sinceras y lágrimas compartidas. Valen me mostró sus propias heridas, y yo le mostré las mías. Aprendimos a perdonar y a sanar juntos.

El departamento se llenó de risas y de pasión renovada. A veces, en medio de la noche, el Colo me abrazaba y susurraba: "Sami, no puedo prometerte que no cometeré errores, pero te prometo que siempre lucharé por nosotros"



















































🚭🚭🚭

holaaa, cómo están?
espero q bien💗

unos capítulos más y se acerca el final😭

no se olviden de dejar su votoo★
chauuu♡.

𝗦𝗖𝗔𝗥𝗦 𝗢𝗙 𝗧𝗛𝗘 𝗦𝗢𝗨𝗟 ⋆ Colo BarcoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora