Durante el trayecto de regreso, Emma permaneció recostada del hombro de Regina, aferrada a su brazo, acariciándola con suavidad.
La sensación de bienestar en la ingeniera era indescriptible; en ese instante agradecía haber aceptado la idea, o debió decir, "intromisión", de su nuera en esa etapa de su vida.
En el tiempo que estuvieron disfrutando del espectáculo que ofrecía la conjunción de los planetas, Emma la agarró por la cintura, abrazándole y agradeciéndole con susurros al oído, el regalo. Nunca hablaron de ello, pero a Regina la joven le parecía una persona romántica y sus detalles, cuando la tocaba o abrazaba, la hacía ver muy cariñosa, dada al toqueteo. Y eso era algo que a ella la debilitaba.
A Regina le encantaba sentir afecto físico; los abrazos y besos jamás faltarían en una relación. En ese momento, mientras conducía y pensaba en ello, sonaba su Playlist de música. Ambas se encontraban sumidas en las suaves melodías que se escuchaban dentro del automóvil. De vez en cuando algún suspiro escapaba de la estudiante; cuando ocurría, ella acariciaba su barbilla o depositaba un tierno beso en su cabeza. Una sonrisa se curvó en sus labios y un leve suspiro de placer, revelaron el estado de bienestar que sentía.
-Te doy cinco besos si me dices en que piensas.
El ligero cambio de gesto en la mujer no fue desapercibido por la estudiante que, a pesar de estar con los ojos cerrados, sintió cuando los músculos de la cara se movieron tras la sonrisa.
-Juro que creía que dormías -mintió. Su acompañante no dejaba de acariciar su brazo-. Has estado muy callada.
-Reflexionaba -dijo-. Pienso que adoro tu aroma, tu piel. Adoro estar contigo.
Regina sonrió sin apartar la vista de la carretera, sintió en su pecho su corazón agitarse ante esa declaración.
-También me encanta tu compañía. Ha sido una noche maravillosa.
Emma se removió bruscamente, separándose de su cuerpo. Colocó una mano en su antebrazo.
-¿Puedes detenerte?
La ingeniera alzó las cejas, sorprendida; luego frunció el entrecejo.
-¿Pasa algo?
-Sólo detente... -le pidió.
Emma miró hacia adelante, señaló un lugar a la orilla de la Vía Interestatal 78 (I78). Regina temió que ella se sintiera indispuesta, por lo que sin cuestionar nada más, se desvió hasta detenerse en un área segura, a la orilla alejada de la vía.
Cuando el Mercedes cesó todo movimiento, Emma se movió del asiento del pasajero hasta subirse a horcajadas sobre la morena, que reaccionó sorprendida por el arrebato. Las manos de la estudiante acunaron con posesión el hermoso rostro, inmovilizándola para besarla con deleite, sin emitir una palabra, sólo con el deseo ferviente de poseer esa boca que extrañaba horrores, pues desde la noche que estuvieron en el hotel no había vuelto a besarla.
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ME ENAMORE DE MI SUGAR (Adaptación SWANQUEEN)
FanficCuando a Regina Mills, su nuera le sugirió que colocara un aviso buscando compañía en una aplicación de citas, ella y su hijo la tacharon de desquiciada; porque la sola idea, era una locura difícil de asimilar. Por otro lado, Emma Swan, estudiante...