Times Of Death ~ Season I - II ~

🧟9🧟

Isabella

Michael se fue sin decir nada, después de que lo rechacé al intentar besarme. No pude hacer nada, ya que mis sentimientos por Daryl crecían cada vez más y sentía en mi interior que debía respetarlos. Mis ojos se dirigieron a la ventana, en concreto al granero, donde vi a Santana salir convertida en caminante y la tristeza volvió a invadir mi corazón. Las lágrimas comenzaron a brotar de mis ojos por el trágico final que tuvo mi amiga al ser mordida por ese caminante en el cuello. Quedé hipnotizada y sumida en mis pensamientos en ese lugar, sin darme cuenta de que Hershel les gritaba molesto al grupo e intentaba entrar a su casa con Beth llorando. Suspiré con tristeza porque no solo me afectaba a mí, sino también a la familia Greene al ver a sus seres queridos convertidos en caminantes.

Lo que más me enfureció fue cómo Shane perseguía con furia a la familia Greene y les recriminaba por los caminantes en el granero. La ira me cegó y salí de la caravana rápidamente para dirigirme hacia allí. Al llegar al frente de la casa, me interpusé en su camino, sorprendiendo tanto a él como a los demás del grupo con mi presencia.

- YA BASTA, DETENTE AHÍ MISMO - dije gritándole a Shane y mirándolo enojada - si tú no te hubieras metido donde nadie te llamó... nada de esto pasaría, Shane - mientras lágrimas caían de mis ojos - piensas que es fácil saber que una persona que querías era un caminante, creo que no lo sabes - llorando y golpeando su pecho - Hershel tiene un pensamiento diferente a cada uno de nosotros, pero los caminantes que matamos fueron sus seres queridos y personas importantes para él... y sabes por qué lo sé, porque allí dentro... - señalando el granero y la cantidad de muertos que había - también estaba Santana – enojada y destrozada nuevamente - ¿piensas que fue fácil para mí encontrarla transformada en un caminante? - empujándolo con todas mis fuerzas y él apenas corrió unos pasos - NO, NO ES FÁCIL... ELLA ERA MI MEJOR AMIGA Y UNA HERMANA, SHANE – le grité con fuerza y los demás del grupo me veían con tristeza - ERES UN IDIOTA QUE NO PIENSA EN EL SUFRIMIENTO DE LOS DEMÁS... - viéndolo con dolor y lágrimas en mis ojos – solo te importa tu propio beneficio, además de tus intereses – negando con lágrimas en mis ojos.

Shane solo me miraba con asombro a mis palabras y yo tuve que morderme los labios para no romperme más de lo que ya estaba. En ese momento, unos fuertes brazos me atrajeron hacia un cuerpo y cuando me di cuenta de quién era, pude calmarme y soltarme a llorar en el pecho de Daryl. Él me mecía en sus brazos y escuché cómo hablaba a Shane de forma seria y furiosa.

- No te acerques más a ella, Shane... solo le provocas dolor y sufrimiento en su vida – dijo Daryl mientras me apretaba más contra su pecho – aléjate, sino te mataré.

Terminé de escuchar esas palabras y me alejé de allí y de ese maldito hombre. Nos marchamos y mientras aún permanecía en sus brazos, hablé entre susurros y lágrimas.

- Daryl, ¿puedes llevarme al cuerpo de Santana? Necesito despedirme de ella... por favor – dije con tristeza en mi voz.

El cazador asintió a mis palabras y me llevó aún abrazada en sus brazos, hacia donde se encontraban los cuerpos de los caminantes de la familia Greene y Santana. Cuando llegamos allí, una profunda tristeza volvió a invadir mi corazón al verla en el frío suelo.

- No voy a soltarte, pequeña – dijo Daryl en un susurro.

- Gracias – respondí sin apartar la vista de Santana.

Me acerqué al cuerpo de Santana, mientras volvía a llorar por mi mejor amiga. Me arrodillé en el frío suelo y puse su cabeza en mi regazo para acariciar su frente con mi mano, donde se encontraba la herida de bala que había acabado con su vida como caminante.

- No sé cómo empezar esta despedida sin que me duela, Santi... - dije sollozando – aún no puedo aceptar que no estés aquí conmigo luchando contra este mundo miserable – mirando sus ojos cerrados – me acuerdo de ese día, cuando corriste hacia el hospital para apoyarme con lo de mi padre y me hiciste prometer que sería fuerte... - mordía mi labio aguantando las lágrimas – pero ahora, ¿cómo puedo serlo si te has ido, mi amiga incondicional, mi hermana de otra madre y cómplice de muchas locuras? – soltando un sollozo – la que me daba consejos cuando los necesitaba y también, me retaba cuando hacía cosas sin pensar en los riesgos... - no pude terminar de hablar porque mi llanto no me lo permitió.