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Después de terminar de comer y asearse un poco, cada uno se recostó en las mantas que había en la casa. Morgan acariciaba la cabeza de su pequeño, que se encontraba a punto de dormirse, mientras Isabella estaba sentada al lado de su padre, con la mente reviviendo los momentos previos a esa situación.

El silencio reinaba en el lugar hasta que un ruido de alarma de auto los alertó. Rick y Morgan fueron los primeros en acercarse a la ventana para ver qué sucedía, luego Isa y Duane se unieron para ver qué pasaba. El pequeño Duane vio por la ventana a su madre convertida en caminante y empezó a llorar, Morgan lo alejó rápidamente para consolarlo y evitar que atrajera a los caminantes hacia ellos. Isabella se colocó al lado de su padre, mientras continuaban observando la calle repleta de esas criaturas. En sus mentes, solo podían pensar en Lori y Carl, preguntándose si también podrían estar convertidos, pero ambos albergaban la esperanza de que no fuera así.

Rick se alejó de la ventana, pero Isabella observaba detenidamente a cada uno de los caminantes y contemplaba la destrucción del mundo con asombro. Nunca imaginó que el fin del mundo sería de esa forma, tan atroz como lo era. Suspiró y se alejó de la ventana para acostarse al lado de su padre, que permanecía sentado, absorto en sus pensamientos.

- Duerme Isa, descansa porque mañana tendremos un largo viaje – dijo Rick, acariciando la cabeza de la joven con ternura.

Ella asintió y se acomodó, cerrando los ojos para adentrarse en un profundo sueño.

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A la mañana siguiente, salieron de la casa en la que estaban y se dirigieron a la casa de los Grimes para buscar las llaves de la armería, donde seguramente encontrarían muchas cosas útiles. Después de pasar por allí y recoger algunas cosas necesarias, se encaminaron hacia la armería.

Algunos minutos después, llegaron al lugar y Rick, que la conocía bastante, revisaba las instalaciones que se encontraban intactas. Luego, encendió el agua y funcionaba perfectamente. Cada uno agarró una toalla que Isa les ofreció y se fueron a bañar, los hombres en un lugar e Isabella en el otro baño de mujeres. Isabella, después de disfrutar de esa cálida y hermosa agua, salió de la ducha envuelta en su bata y con una toalla en su cabello. Agarró su mochila y sacó ropa que había recogido de su casa antes de partir hacia la armería. Se puso una musculosa negra que combinó con una campera de cuero del mismo color; debajo llevaba una calza negra y unas botas bajas del mismo color. Secó su cabello con la toalla y luego se hizo una trenza cosida. Acomodó sus cosas en la mochila de nuevo y se dirigió donde estaban los demás. Llegó con los demás y sonrió al verlos platicando animadamente, ya listos y muy bien aseados.

- ¡Qué hermosa está el agua! - dijo Isa mientras se acomodaba la mochila en sus hombros. - Extrañaré los baños así.

- Lo sé, pequeña, pero debemos seguir camino - dijo Rick con una mueca. - Hay que seguir para buscar a Lori y Carl - añadió mirándola.

- No lo he olvidado, papá - dijo Isa asintiendo con tristeza. - Iré a empacar las armas, mientras ustedes terminan de guardar las cosas aquí.

Isabella se dirigió al depósito de armas y comenzó a guardar algunas de ellas. Miró si había una ballesta, pero no la encontraba por ningún lado. Guardó dos armas en su mochila y una granada por si acaso, para llevar en los bolsillos. Después de empacar todas las armas que había y dividirlas, salieron del lugar para despedirse. Rick y Morgan hablaban mientras Isa se acercaba al pequeño, que se había vuelto como un hermano para ella.

- Duane, debes prometerme que serás fuerte, no importa la situación que se presente... siempre debes mantenerte así por tu papá y tu mamá - dijo Isa, cayéndole las lágrimas y abrazándolo - te prometo que siempre estaremos en contacto con esto - mientras le extendía un radio transmisor - siempre en la misma frecuencia – le sonrió y lo abrazó - te extrañaré, pequeño.

- Lo haré, Isa - dijo Duane y la abrazó con fuerza - te extrañaré mucho, hermanita.

Isabella le sonrió y luego se acercó a su padre y a Morgan. Se despidió de Morgan con un abrazo.

- Cuídalo mucho, Morgan, es un gran chico - dijo Isa mientras le sonreía. - Los extrañaremos. Aquí te dejo algo para comunicarnos por si te arrepientes y quieren venir con nosotros.

- Gracias, Isa, pero estaremos bien - respondió Morgan con una sonrisa. - Agradezco tu apoyo y aliento para mi pequeño.

- No hay nada que agradecer - dijo Isa, aunque desvió la mirada hacia el callejón donde se encontraba una caminante. - Creo que debemos irnos.

Se despidieron por última vez y Morgan subió al auto, donde ya se encontraba Duane para irse del lugar. Isabella subió a la patrulla de policía, mientras Rick disparaba al caminante y luego se unió a ellos en el auto con su hija.

- Papá, pasemos por casa antes, necesito buscar algo que olvidé - dijo Isa.

Rick asintió y fueron por última vez a su casa. Cuando llegaron, Isa bajó rápidamente para no encontrarse con ningún caminante. Entró a la casa y subió a su habitación.

Cuando llegó, buscó en su cajón y ahí encontró todo lo que necesitaba. Agarró el bolso con su ballesta y las flechas, y se dispuso a ir al sótano a buscar una cosa más. Antes de salir de la pieza, vio una caja donde guardaba sus cosas más preciadas, la agarró sin dudar y la guardó en el bolso. Bajó al sótano y rebuscó entre las cosas, hasta que encontró su katana, la guardó en el bolso junto con sus otras pertenencias para salir de la casa. Dejó las cosas en la parte de atrás del auto y le hizo entender a su padre que ya estaba listo. Rick asintió para irse de allí.

En el camino, Rick detuvo el auto en el lugar donde habían dejado a esa mujer que se había convertido en un caminante. Rick bajó del coche y caminó un buen trecho hasta que la encontró. Isabella también descendió para seguir a su padre y ver a dónde iba, hasta que lo vio con el arma apuntando y disparando al cuerpo de ese caminante que se encontraba partido por la mitad. Lágrimas empezaron a caer de sus ojos, pensando en su madre y su hermano.

- Tengo miedo de encontrar a mamá y a Carl como caminantes, papá - dijo Isa llorando desconsoladamente.

Rick se acercó y abrazó a su hija para besarle la frente.

- No tengas miedo, pequeña... vamos a encontrar a mamá y a Carl vivos - dijo Rick abrazando a su hija.

- Si no es así, ¿y si son caminantes como ella? - dijo Isa llorando mientras señalaba al caminante muerto.

- Si es así... debes ser fuerte Isa, nunca dejaré que te pase nada pequeña - dijo Rick besándole nuevamente la frente.

Rick abrazó a su hija y luego se dirigió al auto para salir del lugar. En el camino, intentó comunicarse por la radio de la policía, pero nadie respondió.

Mientras tanto, en otro lugar, unos sobrevivientes tenían una radio y escucharon a Rick, por lo que corrieron hacia allí para responder, pero a pesar de sus esfuerzos no podían ser escuchados, al igual que Rick e Isa. Los Grimes no se imaginaban que en ese grupo de sobrevivientes se encontraban Shane, Lori y Carl, ni tampoco que Lori y Shane tenían un romance, sin saber que Rick e Isabella estaban vivos.

En un momento, el auto en el que iban Rick e Isa se quedó sin gasolina y tuvieron que continuar a pie. En el camino, encontraron una casa que inspeccionaron en busca de personas, pero solo hallaron cadáveres en estado de descomposición. Isabella se acercó a una camioneta que vio, pero descubrió que no tenía gasolina.

Suspiró, levantó la vista y miró a su padre, ganando confianza con un caballo hasta que logró montarlo. Isabella sonrió con alegría, tomó los bolsos, montó el animal y continuaron por la carretera en dirección a la ciudad.

Times Of Death ~ Season I - II ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora