EL AMIGO ERA YO

34 3 4
                                    

No digas que ahora me quieres cuando tienes en tus manos mis bienes, no digas que ahora me amas cuando has abusado de mi alma, dicen que las cosas cambian, ¿lo dices cuando en mí ya no hay nada?, todo de mí lo tuviste, mis manos se quedan sin nada.

Pagaba el precio de amarte, fue mi alma entregarte, mis lágrimas caen con tan solo pensarte, debí despertar antes de hacerse tarde, tarde para ver que de mí te apoderaste, tarde para ver que mis canciones fueron dedicadas al aire, ni siquiera las escuchaste, tarde para ver que yo te amaba, y eso para ti era insignificante, tenías todo de mis manos mientras yo pasaba hambre, fui quien atendió tus llamadas por la tarde, y también quien al llamar, no le respondía nadie.

Todo parecía debatible, no quise entender lo visible, dame tiempo para decirte que ya no quiero seguirte, ya no quiero ser quien entrega todo mientras veo como te ríes, mientras veo como estoy presente y a la vez me vuelvo invisible.

Ya no digas que me sigo hundiendo en miles de pensamientos, no digas que soy yo quien se confunde en el silencio, no digas que soy yo el que intensifica los hechos, di que comes gratis mientras yo pago el precio.

Di las verdades de amarte en silencio, di las verdades de recibir tu desprecio, di lo que te callas cuando te digo «te amo» mientras veo que eres mi amigo pero yo solo lleno un espacio en el vacío de tu abismo al cual llamas corazón blanco.

Siempre toqué la puerta, y nadie me respondió, le dejé mil obsequios, y todos los tomó, sin dar respuesta alguna, sin dejarme entrar a su interior, demostrando que desde el principio, el amigo era yo.

SUEÑOS EN TIEMPOS DE LUNA LLENADonde viven las historias. Descúbrelo ahora