Barcelona, 13 de enero, 2024.
Habían pasado doce días desde que se despidieron en la puerta de la casa rural y se metieron cada uno en un coche. No volvieron a hablar de lo que pasó en Nochevieja, es más, acordaron en no decírselo a nadie y que todo había sido fruto del calentón.
Tampoco habían hablado mucho por whatsapp, cuando uno comentaba algo por el grupo que tenían todos el otro no respondía y en redes sociales sólo se limitaban a darse like, pero no se comentaban. Parecía que tras lo ocurrido la cosa se había enfriado, quizás por arrepentimiento o quizás porque no estaban listos para dar otro paso.
Salma había intentado sacarle más información a Naiara, pero era una pérdida porque sólo le decía que tras el beso que sí le contó, no volvió a pasar nada más entre ella y Lucas. Y al igual que Salma, Álex también intentó averiguar si había pasado algo entre su amigo y la zaragozana. Lucas le contó que entre ellos sólo había habido tonteo y que nunca fue a más, aunque bien era cierto que él sentía una atracción física muy fuerte hacia ella, pero que sentía que no era recíproco. Eso, obviamente, era mentira pero no quería que Álex lo supiera y corriera el riesgo de que se lo contase a Denna, Denna a Salma y le acabara llegando a Naiara.
Ese día Lucas estaba solo en el estudio, Álex aprovechando su status de dueño del local se había cogido el viernes libre y se había ido a Madrid a ver a Denna. Tras pasar unos días juntos a finales de año, su relación iba avanzando poco a poco y sentía que con ella podía llegar a tener una relación. Dejó a Lucas encargado del local y había llamado a otro amigo para que le echara una mano tatuando.
- Bueno, Lucas, yo me voy ya. Álex me dijo que me estuviera hasta las siete estos días, tengo entreno más tarde y no llegaría a tiempo - le dijo el chaval que sustituía a su amigo, se llamaba Iker.
- Claro, no te preocupes, además ahora no hay ninguna cita prevista, igual no viene nadie más hasta la hora de cerrar. Nos vemos mañana.
Una vez se quedó solo aprovechó para poner la música un poco más alta y limpiar para ir adelantando, así no tendría que quedarse más tiempo de lo requerido. La mesa de recepción había quedado impoluta, había pasado la aspiradora por todo el estudio, acomodado los cojines del sofá y ahora tocaba ordenar todos los materiales en sus respectivos cajones.
Por seguridad, cuando uno de los dos se quedaba solo en el estudio, cerraban con llave para que no entrara nadie aprovechando que el que estuviera estaba en la habitación de tatuar, en el almacén o en el baño. Por eso se sobresaltó un poco al escuchar el timbre, miró el reloj y marcaba casi las ocho de la tarde, sólo quedaba media hora para cerrar.
- No me jodas, por favor que no venga nadie a tatuarse y que sólo quiera pedir cita - dijo en voz alta mientras guardaba la última caja de guantes en la cajonera. Se levantó y al llegar al marco de la puerta sacó la cabeza unos centímetros para ver quien estaba en la puerta - ¿Qué?
Giró la llave que estaba dentro de la cerradura, mirando a la persona que estaba tras la puerta de cristal, sin entender qué hacía allí a esas horas. Abrió la puerta de par en par, dejándola entrar y volviendo a cerrar aunque sin echar la llave.
- ¿Qué... Qué haces aquí? - Preguntó Lucas con el ceño fruncido, tocándose uno de los anillos que llevaba en la mano izquierda.
- Estaba por la zona y me he dicho "pues vamos a pasarnos a saludar"... - le respondió la chica de pelo negro azabache mientras le sonreía tímidamente - ¿Estás solo? Igual ibas a cerrar ya, no quería molestar.
- Sí, Álex se ha ido a Madrid a ver a Denna. ¿Has visto? Al final estos dos van a ser los nuevos Juanjo y Martin - Naiara le miró sorprendida ante tal noticia pero permaneció callada, no sabía cómo romper el hielo. Lo que había pasado en Nochevieja hizo que su relación con él cambiara por completo por mucho que intentara dejarlo atrás y hacer como si nada, pero la realidad es que no podía dejar de pensar en ello. Por las noches se metía en la cama donde repetía una y otra vez esa escena, recordando como Lucas se masturbaba mirándola a ella hacerlo también, sus gemidos que habían quedado grabados en su mente y más de una vez se sorprendió tocándose reviviendo esa noche en su mente. - ¿Y qué haces en Barcelona?
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¿Y piensas en mí?
De TodoHace dos años que Lucas y Naiara se vieron por última vez. Hace dos años que decidieron quedar en ser amigos, por el bien de ambos, prometiéndose que nada cambiaría entre ellos. Pero también hace dos años del último beso, el último abrazo y una últi...