II

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[ACLARACIÓN] Esta historia está basada después de los sucesos de "Reigen nivel 131 de espiritismo"

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[ACLARACIÓN] Esta historia está basada después de los sucesos de "Reigen nivel 131 de espiritismo". Así que si no leíste el manga, te advierto que en este capítulo habrá spoilers del mismo.

Gracias por tu atención! ^_^

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Reigen Arataka; El autoproclamado mejor psíquico del siglo XII. Un hombre simple, con un gran carisma. ¿Quién podía odiarlo?

Reigen se encontraba de camino a su oficina con la compañía de Ekubo. Después de un largo día de exorcismo con Serizawa y con la compañía de su fiel asistente Tome. Reigen caminaba por la ciudad con cansancio.

Entoces... ¿Qué haces por aquí, Ekubo?" Pregunto el pelirrojo.

"Solo quería ver en que estabas metido." Contestó.

Reigen lo miró con desconfianza. "Eso es nuevo. ¿En donde se encuentra Mob que no estás con él?"

Ekubo se quedó paralizado por un momento, pero no se demoró en responder con aburrimiento. "Shigeo se fue a un viaje familiar. Están todos fuera de la ciudad."

"Oh, con que es eso." Y con su clásico moviento de manos, apuntó hacia Ekubo;
"Ya veo. Bueno, siempre es bueno tener algo de tiempo a solas", comentó Reigen con una sonrisa socarrona. "Pero cuéntame, ¿qué te trae por aquí realmente?"

Ekubo se encogió de hombros con indiferencia. "Solo quería ver si necesitabas algo de mi ayuda, ya sabes, como buen amigo que soy."

Reigen levantó una ceja escéptica. "¿Desde cuándo te preocupas por mí, Ekubo?"

El espíritu suspiró con exasperación. "Oh, vamos, no seas tan desconfiado. Solo intento ser amable por una vez."

Reigen rió entre dientes. "Bueno, supongo que puedo permitirme disfrutar de tu compañía por un rato. Además, tengo algunos asuntos que atender en la oficina."

Caminaron juntos por las concurridas calles de la ciudad, charlando animadamente mientras se dirigían hacia el edificio donde se encontraba la oficina de Reigen. A medida que se acercaban, Reigen comenzó a sentir una sensación de familiaridad y anticipación. La oficina era su refugio, su lugar donde podía ser él mismo y hacer lo que mejor sabía hacer: engañar a la gente.

Al llegar al edificio, Reigen saludó a algunos conocidos que pasaban y subió las escaleras hacia su oficina, seguido de cerca por Ekubo. Al abrir la puerta y entrar, se sintió como si estuviera volviendo a casa después de un largo día de trabajo.

"Parece que estamos solos", comentó Reigen mientras se quitaba el abrigo y lo colgaba en un perchero.

Ekubo flotaba a su alrededor, observando la habitación con curiosidad. "¿Qué asuntos tienes que atender aquí, Reigen?"

Reigen se giró hacia él con una sonrisa misteriosa. "Bueno, nunca se sabe quién puede necesitar mis servicios. Además, siempre hay algún espíritu travieso que necesita ser persuadido para que se comporte."

Lo Que Nunca Fuimos | Reigen Arataka x Lectora Donde viven las historias. Descúbrelo ahora