XIV

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Sonreíste al ver la foto que te había mandado Reigen; eran sus pies sobre su escritorio

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Sonreíste al ver la foto que te había mandado Reigen; eran sus pies sobre su escritorio.

Habían pasado tres días desde esa noche. Desde aquella noche, Reigen y tú no se habían dejado de enviar mensajes. Hablaban de cómo había estado su día, luego bromeaban un poco y se enviaban fotos al azar.

Te encontrabas en el balcón de la oficina, con tu teléfono en una mano, y con un cigarrillo en el otro. Habías salido con la idea de fumar un poco, pero te habías distraído con los mensajes de Reigen.

>vaya... mataría por hacer eso aquí :(( 17:30 pm

Escribiste eso con tu mano izquierda tratando de no dejar caer tu telefono. Miraste a tu pantalla esperando el próximo mensaje de Reigen.

<¿Sabes? Si estás muy cansada, podrías venir aquí ;) 17:33 pm

>¡Claro! Sería un placer volver a estar contigo. 17:35 pm

Pensaste un poco luego de enviar aquel mensaje. ¿Volver a estar con él? ¿De qué manera?

Te sentiste un poco abrumada por lo que estabas sintiendo, era confuso. Así que tomaste tu cigarro entre tus labios y lo prendiste.

Desde aquella noche no habías dejado de pensar en Reigen, y como no hacerlo, si ustedes se iban a besar.

Tomaste una bocanada del cigarro, inhalando profundamente mientras tus pensamientos giraban en torno a Reigen.

La brisa de la tarde acariciaba tu rostro, llevando consigo el aroma del tabaco y un ligero toque agridulce del atardecer.

Observaste el humo dispersarse en el aire, como tus pensamientos que parecían no encontrar un punto fijo de descanso.

Te apoyaste contra la barandilla del balcón, mirando las luces de la ciudad que comenzaban a encenderse una por una.

Sentiste el peso de tus emociones, una mezcla de incertidumbre y anhelo. Reigen era un amigo cercano, alguien con quien siempre habías compartido una complicidad especial.

Sin embargo, desde aquella noche, cuando ambos estuvieron tan cerca de cruzar la línea de lo puramente amistoso, algo había cambiado.

Era difícil no pensar en lo que podría haber pasado si no hubieran sido interrumpidos, si hubieran seguido el impulso del momento.

Te preguntabas si él sentía lo mismo, si esos mensajes y bromas tenían un significado más profundo para él o si solo estaba siendo el Reigen de siempre: carismático y juguetón.

Otro mensaje llegó, haciendo vibrar tu teléfono. Lo desbloqueaste rápidamente, sintiendo una mezcla de emoción y nerviosismo.

< ¿Estás bien? Pareces pensativa... No tienes que venir si no quieres. 17:37 pm

Lo Que Nunca Fuimos | Reigen Arataka x Lectora Donde viven las historias. Descúbrelo ahora