T/N Suzoki es una joven adulta con una vida aburrida. Al terminar su jornada laboral, se encuentra con su ex compañero de trabajo; Reigen Arataka. Totalmente sorprendida, empieza a seguirlo hasta lo que parece ser una oficina. ¿Qué será de la vida...
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Hola T/N. Siento molestarte, pero no sé qué hacer." Contestó Akane, cansado, a través del teléfono.
Al escuchar esas palabras, tu corazón casi se detiene y tu rostro hablaba por sí mismo. Esto, Reigen lo notó y también se empezó a sentir preocupado por ti.
"Sabes que no es una molestia. Dime, ¿qué sucede? ¿Tu madre está bien?" Preguntaste con el corazón en la boca, mirando a Reigen, quien estaba sentado frente a ti.
"Ahora lo está, pero hace unos minutos no lo estaba." Hizo una pausa y continuó. "Mira, me dijo que un fantasma se le apareció, dijo que la trató de atacar. De verdad no sé qué hacer."
"¿Un fantasma? ¿Ella está bien?" Preguntaste y miraste a Reigen, quien te estaba prestando mucha atención ya que creyó que te desmayarías.
"Si, ella está bien. Sé que suena muy loco, pero ella realmente cree que fue un fantasma." Dijo preocupado.
"Oye, creo que puedo ayudarte. Bueno, no exactamente yo, pero conozco a alguien que sí podrá hacerlo." Dices con tranquilidad al recordar que Reigen estaba ahí.
Reigen, al escuchar eso, asintió con aprobación, pero se mantuvo en silencio, respetando tu conversación.
Akane notó tu tono y preguntó, confundido, "¿A qué te refieres con eso? ¿Quién podría ayudarnos con un fantasma?"
"Conozco a alguien que trabaja con esos asuntos." respondes, mirando a Reigen con una sonrisa tranquilizadora.
"¿Realmente crees en eso?" Preguntó Akane con escepticismo.
"No sé qué pensar sobre eso." admitiste. "pero confío en esta persona. Sé que podrá ayudarnos."
Reigen sonrió al escuchar eso salir de tu labios.
Akane suspiró al otro lado de la línea. "Está bien, confío en ti. ¿Qué debemos hacer?"
"Voy a coordinar todo y te llamaré de vuelta con más detalles. No te preocupes, todo estará bien." le aseguraste, sintiéndote más tranquila con la presencia de Reigen.
"¿Entonces...?" Reigen preguntó con curiosidad.
Suspiraste y le explicaste. "Ese era Akane, un amigo mío. Su madre ha estado viendo cosas extrañas, como fantasmas. Parece que la situación se puso seria y ella cree que uno la atacó."
Reigen asintió, comprensivo. "Entiendo. ¿Sabes si hay algún detalle más que debamos conocer?"
"Eso es todo lo que sé por ahora," respondiste. "Creo que debemos ir a su casa y evaluar la situación. Akane confía en mí y, por ende, en ti también. Estoy segura de que podrás ayudar."
Reigen asintió con seguridad. "¡Yo, Arataka Reigen acepto el caso!" Dijo mientras se apuntaba así mismo.
"Gracias, Taka." Le diste una sonrisa agradecida y Reigen se sonrojó al escucharte decir eso con tanta dulzura.
