1- Alastor

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¡Hola! Ahora iré con la perspectiva de alastor... a ver que os parece. Espero que os guste. Adiós!

El mundo, llegó con Dios, y este creo al hombre, y junto a él, a la mujer, y junto a la mujer, al amor. 

¿Quién no se sentiría atraído por una dama? ¿Cómo se llaman las personas que odian todo lo que tenga que ver con relaciones sexuales con personas.... escepto con una? 

Se supone que todo el mundo tiene su media naranja, solo que algunos lo la encuentran. Yo siempre pensé que no tenía... Hasta que ella apareció en mi vida. 

Una chica entretenida, una gran soñadora.... una dama hermosa de por sí sola. Todo aquel que ose tocarla, que se atreva intentar algo con ella, o que incluso intente cojerla... Sería muy bien castigado. 

Ella es tan dulce y tan tierna, caulquiera sería capaz de amarla. Por desgracia para ellos... ella nació para mí. Nadie será tan digno como para estar como para consumir su tiempo que yo. 

Cuando empezó a salir con Vaggie, unas ganas de acabar con ella reinaron mi mente y mi cuerpo. ¿Por que saldría la mujer más bella de todo el infierno con una amargada plana con nariz de tucán? Estaba seguro de que ella no se divertiría con Vaggie. Sabía que Charlie nunca sabría que era el amor de verdad hasta estar conmigo... así que haría lo que fuera para demostárselo.

Ella no le dejaba ser como Charlie era, no le dejaba cantar para expresarse, no acababa de creer en su causa, no era romántica con ella, no era... digna. No tanto como yo lo era. 

Estaba claro que Vaggie ni siquiera se dió cuenta de la suerte que tenía teniéndola a su lado, por lo que como castigo de dicha deshonra... me vi obligado a actuar. 

El día que se enfadaron de una buena vez me decidí. Ahora si que a Charlie no le importaría lo que le pasase. 

Toqué la peurta en la que se ubicaba la arrogante y horrible polilla. 

-Alastor vete de una puta vez. No te quiero. -dijo ella.

-Jajaja, que gracioso querida. Yo nunca queriría a nadie como tú... menos mal que no me quieres. Abre ahora mismo -dije con mi forma demoníaca. 

Vaggie se asustró tanto ante mis palabras que no tardó en abrir la puerta para que yo la pudiera contemplar. 

-Bien querida.... ya se que has cortado con mi princesa. Muy muy buena elección querida. -dije aplaudiendo.

-Mira no se de que cojones van hijo de perra pero te quiero ahora mismo fuera de mi habitación. ¿Entendiste? -dijo ella enfadada... no sabía lo que le esperaba.

-¿Tan temprano? Es una pena... pero no, vas a tener que joderte por haber tratado a la princesa como al mierda. -dije yo. 

-¿Qué? Yo la traté como una reina, no como una princesa.- dijo ella en su defensa. 

-Como la reina de la soledad, querida Vaggie... todo este tiempo que lo ha pasado tan mal.... es una verdadera pena, enserio, pero es el error que cometiste. -dije yo simulando pena con mucho sarcasmo. 

-Tú no me vas a matar -dijo ella apuntando su lanza contra mi cuello. 

-Jajajaja, que cómico. Y pensar que una flacucha como tú sería capaz de matarme con una lanza- dije yo con certeza. 

Le dí un empujón y acabó dándose un golpe contra la pared. Ella dió un quejido de dolor. Yo por suerte con mi magia pude insonorizar el cuarto. 

-Solo habrá una forma de que te salves de esta Vaggie... será que me des tu alma querida. -dije yo. 

-¿Para que la quieres? ¿Para tenerme a tu lado siempre? Sé que me odias ¿entonces para que quieres mi estúpida alma?- dijo ella atemorizada.

-Para que cumplas con el trato sí o sí. -dije yo como algo lógico. 

-¿Que es lo que quieres, Alastor? -dijo ella para que yo fuera al grano.

-Ya que estás tan entusiasta.... Yo te abriré la puerta del hotel y de esa manera tu podrar escapar. No de ninguna otra manera. A cambio, de tu libertad e irte de aquí... Me darás tu alma para que si vuelves a tocar este suelo o si vuelves a estar debajo de este techo... te mataré. ¿Entendido?- dije yo con mi forma demoníaca. 

Ella se lo dudó por un largo momento. 

-Ah, y por cierto.... no puedes dejar ni el mínimo rastro tuyo en este hotel. Agarrarás tus cosas y te irás. Desaparecerá todo de tí. Desde tu asqueroso olor hasta un pelo caído en una alfombra. Si encuentro algo.... tu muerte si tocas este suelo será peor. -dijo él. 

-A-Acepto- dijo ella atemorizada de nuevo. Normal que lo estuviera. Cogí apresuradamente su mano para hacer el trato y la estreché, haciendo salir unos símbolos vudues y un humo verde, junto a unos hilos en mi rostro. Nuevamente una cadena se formó en su cuello, una de color verde fluosforescente. 

-Tienes una hora antes de que te mate si sigues aquí -dije con una voz ronca y llena de odio, para ver la expresión de la jóven. - Jajajaja yo me iría dándo prisa. -dije riendo. 

La chica miró su arma y cuando estaba a punto de agarrarla mi pié la subió, haciéndola dar un pequeño ¿"salto"? Para agarrarla con mis garras y poniéndosela en el cuello. 

-Vaya, con que la medicina también se puede tomar propia... ¿no Vaggie? -dije apretando un poco más la lanza en su cuello, hasta que poco a poco su sangre de color dorado salía a la luz. 

-Adiós Vaggie, espero no volver a verte nunca jamás. -dije para irme. 

Después de una hora, Vaggie había desaparecido. Me felicité a mi mismo, estaba alegre, había conseguido quitarle a mi Charlie un gran peso de encima.... Haré lo que sea para que ella sea mía algún día. Sin lugar a duda. 

Algo tengo claro. Algún día.... ya sea tarde o temprano, Vaggie aparecerá en este hotel. Y la podré matar de una vez por todas, por que esta vez.... Charlie la odiará con todo su corazón. 

Por que será todo mío. 

Yandere -CHARLASTORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora