Capitulo 12

78 12 1
                                    



-no me quería ir, Rita me llevo. Además, me gradué en gestión de talento humano y esa es mi área. Y si dudara de mi carácter para desempeñar mi trabajo no habría vuelto aquí señor Seider. Además, usted es un poco grosero, pero no creo que tanto como para tenerle miedo.

-si en tu pequeña cabecita señorita Sherman cree que no debería tenerme miedo, le aseguro que está muy equivocada. -le respondo.

-Sinceramente no creo que sea tan lobo feroz como quiere dar a ver. Pero con que no me coma a mi todo bien Señor Seider. -tiene la osadía de decirme eso. La muy tonta.

¿Se está burlando de mi en este momento?

-no tienes idea, lo que disfrutarías si le comiera Señorita Hanna. -le respondo totalmente en doble sentido.

Por Dios compórtate, Liam.

-si seguimos hablando de trabajo verdad? -inquiere ella un poco incomoda por la clara referencia en doble sentido y que obviamente no puede volver a pasar.

-claro que estamos hablando de trabajo Sherman, nunca hemos dejado de hablar de ello. -le digo retomando mi compostura.

Esta niña me incita a incomodarla. Pero eso no está bien. Es una empleada Liam. No alguien con quien liarte.

-su abogado vino cuando no estaba. Los documentos fueron dejados en su escritorio. ¿No sé si ya los vio? -ahora me dice ella con obvias ganas de cambiar de tema.

Pero no voy a dejar que esta conversación tome el rumbo que a ella le dé la gana.

-Señorita Sherman yo pensé que habías pedido marcharte de este departamento por lo que paso ayer. Y si es por eso, yo solo, es que no fue un buen día y tampoco yo... quería o más bien.

-no tiene que disculparse Señor Seider. Al enterarme lo que paso. entiendi un poco más el ánimo que tenía ayer. Fue un mal primer día.

-gracias por entender. -le digo sin más.

-es la primera vez que me da las gracias, señor Seider. -me responde mientras empieza a sacar sus cosas y las coloca en su sitio nuevamente.


Yo simplemente me doy la vuelta para entrar en mi oficina. Esa conversación se volvió demasiado rara.


-Señor Seider. recuerde avisarme cuando esté listo para bajar. Ya han llegado muchos reporteros y se han enviado a el salón de conferencias. -me dice antes de que entre a la oficina.

Mierda verdad. Debería estar pensando en eso es vez de ir a perseguir secretarias como un idiota.

-esta bien, no me pases llamadas y tampoco quiero ver a nadie.

-como usted diga señor.

Me doy la vuelta y entro.


Me acomodo en mi silla, no sin antes dejar mi saco en el perchero que esta al lado derecho de mi escritorio, y me aflojo la corbata. Necesito estar lo más cómodo. Para por fin decidirme que rayos diré en la rueda de prensa.


Lo más razonable sería decir la verdad, pero eso sería un escándalo tan grande que perdería muchos contratos, no solo uno.


Es increíble como las personas le importan más el qué dirán, que los resultados de una negociación. Qué demonios les interesa a mis socios con quien diantres se acueste la esposa de alguien. Si al final soy yo el que está pasando la vergüenza de que todos me miren y hablen de mi al verme pasar.

Secretos de oficinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora