Capitulo 16

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Su aliento mentolado me acaricia el rostro y me deja petrificada allí delante de él.

Pero dile algo Hanna como vas a dejar que te humille de esta manera, este imbécil me va a escuchar...

-Mira pe... -las puertas del ascensor se abren y me contengo de todo lo que tenía para decirle.

Él se incorpora y me dice, -sígueme.

Pero claro que te voy a seguir, si aun no he terminado contigo. así me termine despidiendo lo voy a mandar al demonio.

Bueno, él no me podría despedir, le acaba de decir a todo el mundo que estamos comprometidos. así que se va a tener que aguantar lo que tenga para decir.

Ambos caminamos en silencio por el pasillo, pasamos mi escritorio y el me abre la puerta de su oficina haciéndome señas para que pase adelante como todo un caballero.

Paso y el cierra la puerta detrás de mí.

-Ahora si hablemos claro. -dice el aflojándose la corbata.

-no creo que tenga claro el concepto de hablar claro señor.

-eso es un chiste? -me pregunta serio.

-usted me ve como que me estoy riendo?

-necesito que me entiendas y me ayudes. Para eso necesito que dejes la actitud hostil que tienes y te comp... -tus necesidades no son problema mío. -le interrumpo. -Ayer me trataste como le dio la gana, luego hoy se comportó como un loco y luego me deja como la amante delante de su esposa y la quita maridos delante de todos esos reporteros ¿y tiene los huevos de pedirme algo a mí? -le suelto como rabia mirándolo fijamente.

-ya firmo los papeles, oficialmente no es mi esposa.

-me vale, es lo que es y punto. -le contesto.

El me reta con una mirada penetrante pero no voy a ceder. Se ve que Seider es un saco de problemas que es lo que menos necesito en mi vida.

Seider.

Hanna esta allí, mirándome fijamente con esa rabia palpada en su seño fruncido.

-Calmémonos. -trato de mediar.

-estoy calmada. -Me contesta molesta.

-no, no estas calmada y yo tampoco, pero necesito que me escuches.

-no quiero escucharle, me niego a ser la amante de un millonario y me vale lo que diga.

-pero es que estas sorda? dije que eras mi prometida, no mi amante.

-a su esposa le quedo bien claro que no, y que era amante.

-Silvia no dirá nada, no le conviene.


-no me gusta esto Señor, de verdad podríamos decir que todo fue una confusión y ya. En serio esto es una atención que no quiero y que no pedí y se me hace muy injusto y una falta de respeto de su parte que me haya metido en algo así sin siquiera preguntarme.

No sabia que la chiquilla de mierda tendría tanto carácter, como si hubiera posibilidad de que me diga que no. Que nadie le dijo que soy su puto jefe. Se que no le dije nada y si debí, pero es que no tenia tiempo. Mi vida es un caos desde un par de días para acá y todavía tengo que convencer a alguien que se haga pasar por mi novia, que bajo estas cayendo Seider.

Tengo que ser inteligente, no voy a dejar que ella con esos ojos azules que parecen diamantes me hagan quedar como un tonto.

-Empecemos de nuevo, vamos a sentarnos. – le digo mientras voy y me siento esperando que ella haga lo propio frente a mí.

Secretos de oficinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora