Tras unos segundos en los que pensó que la burbuja era indestructible y que su hijo tendría que vivir dentro.
Petunia simplemente tuvo que clavar una de sus uñas y estallar la burbuja con fuerza, pero luego el llanto volvió a llegar al apartamento nuevamente y fue horrible.
—Dudley Evans —Petunia cayó junto a su bebé en el sofa, intentando asimilar lo que acababa de pasar—. ¡Guarda silencio!
No alzó la voz tan fuerte, con miedo de lo que acabara de pasar pasara de nuevo.
Pero obviamente Dudley, siendo un bebé, siguió llorando.
No hiba a pasar de nuevo.
No podía pasar de nuevo.
Fue en ese momento que Petunia supo que estaba jodida. Y como tal, eligió el camino de menor resistencia, ignorar el problema durante el tiempo que le permitiera hacerlo. Por lo tanto, rápidamente sacó de su mente cualquier magia que pudiera o no haber realizado.
Verán, una vez más es importante señalar que esta ya no era la Petunia de antes. Es posible que aquella Petunia le haya escrito a Dumbledore suplicándole la entrada a Hogwarts.
Pero la Petunia de ahora realmente preferiría no ser llamada sangre sucia y ser cazada por deporte, no, muchas gracias.
Y si alguien tiene curiosidad, Petunia de ahora no cree que saberlo haga que salvar sea su responsabilidad, por lo que realmente está bastante bien. Nuevamente, ignorando que ella puede o no ser mágica.
Asi que Petunia luchó contra las ganas de volver a gritar y en cambio, llamó a la recepción de su edificio y le pidió el nombre de alguna niñera, una buena, una que fuera de Europa del Este.
Ella no criaría a un mocoso, por mucho que quisiera abandonar a ese parásito no pudo, Charles le daba una muy buena cantidad por hacerlo pasar suyo, además, decir que ella se sintió cálida sería mentir pero, estaba apegada y eso fue lo más parecido a un sentimiento maternal que ha tenido en tres semanas.
Entonces, al menos para ella, fue un progreso.
Pasaron tres semanas más antes de que apareciera una lechuza.
Tres semanas gloriosas de siestas a media mañana, brunch en La Fuél y cenas preparadas por la nueva niñera y ama de llaves llamada Ursula que podía tranquilar a Dudley mientras le acunaba en lo que parecía ser el idioma eslavo.
Era temprano en la tarde y hacía mucho calor, por lo que, Petunia tenía el aire acondicionado funcionando a máxima potencia y la nevera abierta para sacar hielo cuando algo golpeó el cristal. Haciendo que Petunia, ya nerviosa por algo que juró que nunca había ocurrido, gritara y desapareciera el vaso en su mano.
De nuevo.
Eso no pudo suceder, se juró a sí misma mientras entrecerraba los ojos para mirar lo que una vez fue un vaso pero ahora era una palma vacía.
Tok tok
—Oh, claro —suspiró Petunia.
Los apartamentos del piso quincuagésimo no deben tener ventanas que se abran fácilmente, y éste no las tenía. A Petunia le tomó varios minutos localizar las llaves, desbloquear el panel de vidrio y empujarlo para abrirlo. El extraño que resultó una lechuza había sido inquietantemente comprensivo con todo el esfuerzo.
Al tomar la carta, Petunia sólo tenía una idea de quién podría ser. Y frunció los labios al darse cuenta de que tenía razón.
"Tuney,
¡Felicidades! También he dado a luz a un niño, se llama Harry y es casi idéntico a su padre, al menos sacó mis ojos. Algún día espero que nos podamos volver a reunir.
¿Cómo está manejando Vernon la paternidad? ¿Es Dudley tu viva imagen?
No puedo esperar a recibir noticias.
Tu hermana menor,
Lily"
PD: el correo tenía el sello internacional. ¿Se fueron de vacaciones?
"Lily,
No te preocupes por eso, felicidades.
Petunia"
Era un tiempo frío antes de que ella planeara regresar a Gran Bretaña, con su guerra y sus magos.
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Petunia sin el Dursley
FanfictionTras un golpe, la Petunia que nunca sería Dursley apareció.