El tiempo pasó rápidamente después de eso. Al principio, Harry y Dudley se creían gemelos pero como no eran tan iguales se quedaron como hermanos. Petunia nunca los corrigió, simplemente los dejó ser y siguió con sus días.
Ella no tenía la capacidad de cumplir los sueños de sus hijos de tener una familia grande, como al parecer se empeñaban en pedir luego de ver familias de hasta cinco integrantes (sucesos que hacían a Petunia preguntar sobre el bienestar de la madre, si ella a duras penas soporto uno, Merlín la libre de otro), así que los mimó a ambos con ropa hermosa, juguetes de todo tipo, dulces mágicos, visitas de Eloise, Prim y Ryan, todos personajes fijos en sus vidas.
En ese tiempo Petunia dejo el romance, aunque habían hombres ricos que llamaron su atención ella no era esa clase de mujeres que andaba de uno a otro, con los estudios, los niños y el murciélago no tenía tiempo ni paciencia para lidiar con hombres infieles y aunque si hubieron salidas y regalos costos ella prefirió otras cosas.
—Mami.
—¿Si cariño? —Petunia dejó de lado su copa, encontrándose al pequeño Harry al lado del sillón—. ¿No puedes dormir?
El reloj en la sala marcaba las diez de la noche y la hora de dormir de los niños era a las ocho.
Al verlo negar, frunció el ceño—. ¿Te sientes mal?
Harry volvió a negar—. Pesadilla.
Petunia entonces al verlo con mayor detalle notó sus ojos enrojecidos y sabiendo que era por aquellos gritos que el pequeño oía al dormir se levantó del sillón y se acercó tomándolo entre sus brazos.
—¿Quieres dormir conmigo? —Harry asintió desde su pecho—. Vamos por Dud entonces.
1985
A la hora de salida Petunia encontró a sus pequeños en el jardín de infantes jugando con sus amigos muggles. Hace tiempo que les había enseñado a no hablar de las cosas que podían hacer su tía, sus tíos (como ahora llamaban a Eloise, Prim y Ryan) y su madre.
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Petunia sin el Dursley
FanfictionTras un golpe, la Petunia que nunca sería Dursley apareció.