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La luz del amanecer se filtra suavemente a través de las cortinas entreabiertas, bañando la habitación en una suave luminosidad. Yoongi permanece en silencio, observando a Jimin mientras duerme, su corazón pesado con el conocimiento de lo que está por venir.
Con cuidado para no despertar a Jimin, se desliza fuera de la cama y se levanta en silencio, sintiendo el peso de la tristeza en cada paso que da. Se dirige a la cocina, decidido a preparar el desayuno como lo ha hecho tantas veces antes.
Mientras corta las frutas y enciende la estufa, su mente está llena de pensamientos tumultuosos. No quiere dejar a Jimin, no quiere separarse de la calidez de su compañía y la dulzura de su sonrisa. Pero sabe que su deber lo llama, que el mundo fuera de ese pequeño refugio los espera, reclamando su presencia y su talento.
Las lágrimas amenazan con desbordarse mientras revuelve los huevos en la sartén, y se da cuenta de que está luchando por mantener la compostura. No quiere que Jimin lo vea así, no quiere que su última imagen de él esté empañada por la tristeza y la despedida.
Con cada movimiento, cada gesto, Yoongi lucha por mantenerse firme, por ocultar el dolor que lo consume. Pero en el fondo de su corazón, sabe que no puede evitar la verdad: no quiere dejar a Jimin, no quiere irse.
A medida que el aroma tentador del desayuno llena la casa, Yoongi respira hondo y se obliga a secar las lágrimas. Aunque su corazón se rompa en pedazos, sabe que debe seguir adelante, por su carrera, por su futuro, por Jimin.
Pero en ese momento, mientras prepara el desayuno para los dos, su deseo más profundo es que el tiempo se detenga, que el mundo se olvide de ellos, y que puedan quedarse juntos para siempre.
"Quédate todo el fin de semana, mandaré a alguien por ti el domingo en la noche"
Fue el mensaje con el que había despertado y que lo tenía así.
El aroma reconfortante del desayuno recién preparado llena la casa cuando Yoongi escucha los suaves pasos de Jimin acercándose. Siente su presencia antes de verlo, y cuando Jimin entra en la cocina, su corazón se llena de un cálido alivio.
Sin una palabra, Yoongi se acerca a Jimin y se sumerge en sus cálidos brazos, buscando consuelo en su abrazo. Jimin, con su sonrisa radiante que ilumina la habitación, envuelve a Yoongi con ternura, sin saber los torbellinos emocionales que agitan el corazón de su amado.
- Buenos días, Cariño. ¿Qué estás preparando para el desayuno? - deja un beso sobre los labios del pálido.
La voz suave de Jimin es como una melodía tranquilizadora, y Yoongi se siente momentáneamente perdido en la calidez de su presencia.
-Solo algo simple. Quería hacer algo especial para nosotros hoy.
Las palabras de Yoongi salen con esfuerzo, tratando de ocultar la tormenta de emociones que lo consume por dentro. Aunque sabe que debe irse, no puede evitar anhelar este momento, este instante de paz y amor compartido con Jimin.
Jimin, ajeno a los pensamientos de Yoongi, simplemente asiente con una sonrisa suave y cariñosa, acariciando suavemente la espalda de Yoongi con un gesto reconfortante.
Mientras comparten el desayuno juntos, el mundo parece detenerse por un breve momento, y Yoongi se permite sumergirse en el abrazo reconfortante de Jimin, sabiendo que, aunque su partida sea inevitable, este momento de amor y compañerismo será uno que atesorará para siempre.
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El sonido del agua corriendo en el fregadero mientras Jimin se ofrece a lavar los platos envuelve la habitación, creando un telón de fondo para la lucha interna de Yoongi. Con pasos pesados, se dirige al baño, buscando un lugar de privacidad donde pueda enfrentar sus emociones abrumadoras en silencio.
Una vez dentro, el peso de la situación se hace sentir, y Yoongi se deja caer en el borde del lavabo, las lágrimas comenzando a brotar sin control. Cada sollozo parece liberar un torrente de emociones que ha estado reprimiendo, y se siente abrumado por la sensación de pérdida que ya está experimentando antes incluso de partir.
Nunca antes se ha sentido tan vulnerable, tan desgarrado por dentro, y la idea de no tener control sobre su propia vida lo aterra. Mientras las lágrimas caen silenciosamente por sus mejillas, una sensación de desesperación se apodera de él, como si estuviera en medio de una tormenta sin rumbo a la vista.
La idea de dejar a Jimin, de alejarse de ese lugar de calma y felicidad, lo aterra hasta lo más profundo de su ser. Pero también sabe que no puede quedarse, que el deber y las responsabilidades lo llaman lejos.
El miedo se mezcla con la tristeza, formando un torbellino de emociones que amenaza con ahogarlo. ¿Cómo puede enfrentar el futuro cuando siente que todo está fuera de su control? ¿Cómo puede dejar a Jimin, la única persona que ha logrado llegar a su corazón de una manera que nunca antes había experimentado?
Mientras las lágrimas continúan fluyendo, Yoongi se siente perdido en un mar de emociones, sin saber cuál es el siguiente paso a seguir. Pero en medio de la oscuridad de sus pensamientos, hay una pequeña chispa de esperanza, una voz suave que le recuerda que no está solo, que hay personas que lo aman y lo apoyan, incluso en los momentos más difíciles.
Con un suspiro tembloroso, Yoongi se permite sentir la tristeza, la angustia y el miedo, sabiendo que solo al enfrentar estas emociones podrá encontrar la fuerza para seguir adelante.
Después de un tiempo, cuando las lágrimas finalmente se detienen y su respiración vuelve a la normalidad, Yoongi se seca los ojos y se obliga a salir del baño. Aunque el miedo todavía late en su pecho, sabe que debe enfrentarlo, que debe seguir adelante, por él mismo y por Jimin.
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