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Una semana después, Yunho regresa a la mansión de Suho con el informe en mano. Con un gesto serio, entregó la información.
— El tal Jimin no ha salido de la mansión de Yoongi en toda la semana —. Su voz resonó en la imponente habitación, donde Suho escuchaba con atención, sus ojos fríos evaluando cada palabra.
Suho asintió con una expresión pensativa mientras procesaba la noticia. La tensión en la habitación era palpable, ya que Suho sabía lo que esto significaba: Jimin y Yoongi estaban más cerca de lo que él había calculado.
Suho se paseaba por la habitación con pasos agitados, mientras Yunho permanecía firme, consciente de la gravedad de sus palabras. Finalmente, Suho se detuvo frente a él, sus ojos brillando con furia contenida.
—¿Qué tipo de relación crees que tienen? —, Suho espetó, su tono frío pero cargado de amenaza.
Yunho eligió sus palabras con cuidado. — Existen posibilidades de que estén juntos. —, respondió, manteniendo la mirada fija en Suho.
Las palabras de Yunho fueron como chispas en un barril de pólvora. Suho apretó los puños, su mandíbula tensa. La idea de que Jimin y Yoongi pudieran estar involucrados en una relación secreta encendió su ira, alimentando su determinación de tomar medidas drásticas para separarlos.
Suho se volvió hacia Yunho con decisión. — Llama a Donghae. — ordenó con voz autoritaria.
Yunho asintió en silencio y se apresuró a hacer la llamada. Poco después, Donghae llegó rápidamente, su expresión expectante mientras esperaba las instrucciones de Suho.
Suho miró fijamente a Donghae. — Publica las fotos. Todo lo que tenemos de Jimin y Yoongi.— ordenó sin titubear.
Donghae asintió con una mueca que denotaba una mezcla de obediencia y preocupación. Sabía que cumplir con esa orden tendría consecuencias devastadoras para la vida privada de ambos hombres, pero también entendía que desafiar a Suho no era una opción.
Suho murmuró para sí mismo, sus palabras cargadas de determinación y posesión. —Nadie va a poner sus manos en Yoongi, no si yo no puedo. Nadie va a quitarme a mi hermoso hombre.—, dijo con voz firme, sus ojos reflejando una mezcla peligrosa de obsesión y deseo de control.
Suho se acercó a la ventana, su sonrisa siniestra iluminando su rostro mientras observaba fijamente hacia afuera. —Yoongi será mío. — murmuró con convicción, su voz apenas un susurro cargado de determinación y un toque perturbador de posesión.
🩵
La suave luz de la mañana se filtraba por las cortinas entreabiertas de la habitación, pintando pequeños destellos de luz sobre la cama donde Yoongi yacía dormido. Jimin se acercó con cuidado, sus labios curvados en una dulce sonrisa mientras observaba a su amado descansar pacíficamente. Con un gesto cariñoso, comenzó a depositar besos ligeros en los labios de Yoongi, susurros suaves de afecto que buscaron despertarlo suavemente.
