Molestia, intolerancia, orgullo, excitación, tensión y taquicardia ¿Qué sentir era más fuerte, cuando se encontraban el uno con el otro?
Jimin era un hombre hostil. No había algo que le importara además de su hijo, mientras Yoongi solo era un hombre...
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- ¿no crees que exageras? - preguntó Hoseok, parándose a un lado de Jimin, observando en la misma dirección que este
-No lo hago- inhalo un poco de su cigarrillo- ¿Jungkook?
-En la escuela- se inclinó, apoyando una mano en el suelo- he cumplido su mandato, Rey del tercer infierno- anuncio en un tono audible, escuchando la risa atrapada entre la garganta de Jimin, mientras este no apartaba su mirada de su tropa
-levántate, me estas avergonzando
-Lo lamento- río por lo bajo, sentándose en el muro, ahora observando el duro trabajo que hacían los soldados- ¿sacos de arena?
-Rocas- informó, soltando una gran cantidad de humo- Taehyung necesita de ellas, para cubrir un escape del río
-No les das un descanso Jimin- dijo con cierta pena, mirando cada tenso movimiento en los cuerpos frente él- eres un tirano
-solo es parte de su castigo- dijo la voz de Jimin, mirando por primera vez a Hoseok, notando una botella entre sus manos; algo completamente típico de él
- ¿Qué hicieron? - bebió un poco del líquido amargo
-Por alguna extraña razón, los imbéciles comenzaron a golpearse entre ellos en el comedor- suspiro, volviendo a llevar su mirada al frente, ahora recayendo en aquel pálido hombre que lo estaba llegando a confundir de gran manera
¿Qué era lo que tenía? ¿Por qué era difícil sacarlo de su mente?
Era molesto y más aún si Jungkook no paraba de buscar la oportunidad de estar a su lado
[papá] dijo en su mente Jimin, sin apartar su mirada de aquel hombre que ahora bajaba el saco de rocas de su hombro derecho [un padre... ¿acaso no soy suficiente?] se quejó, frunciendo inconscientemente su ceño
Su hijo estaba confundido y ni siquiera encontraba una manera de hacerlo cambiar de opinión; odiaba verlo llorar o hacer berrinches; pero sobre todo odiaba ver la tristeza en su mirada, esa mirada que vio el día donde no permitió que se acercara a los entrenamientos del chico de arroz en el bosque
Había sido tan doloroso para su corazón... había sido débil, lo admitía
-Jungkook lo adora- comentó Hoseok, sacando a Jimin de sus pensamientos, observando al chico que él pelirrojo no paraba de mirar
-Por desgracia- respondió con mal humor, dejando su cigarrillo en el cenicero
- ¿Cómo llego a la conclusión de tener un papá y un papi? - preguntó aquello que llevaba días causándole diversión, siendo más divertido por el odio que se reflejaba en la mirada oscura de Jimin al ver a cualquier persona, siendo ahora que según Jungkook tenía un esposo, al cual trataba como perro callejero
