Molestia, intolerancia, orgullo, excitación, tensión y taquicardia ¿Qué sentir era más fuerte, cuando se encontraban el uno con el otro?
Jimin era un hombre hostil. No había algo que le importara además de su hijo, mientras Yoongi solo era un hombre...
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Parte 1
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-Te lo digo Jimin- exagero el pelinegro, empujando a su amigo al bar donde estaban todos los soldados bebiendo plácidamente- tienes que divertirte- incentivo, gruñendo por la resistencia ejercida por el menor- deja de ser tan correcto en este momento, jamás lo has sido- empujó una vez más, reteniendo un poco de aire, no deseaba desmayarse por toda la fuerza que estaba ejerciendo
-No puedo dejar a Jungkook solo Jung- intentó girarse y salir del pasillo- además no entiendo porque no pude venir en uniforme- chillo con molestia, sintiendo el apretado pantalón ahorcar sus piernas y los molestos zapatos causales molestar sus dedos, se había acostumbrado a las botas
-tienes que verte como un igual- mencionó con una seguridad inexistente- el día de hoy no eres un sargento y ellos no son tus soldados- agregó, sonriendo en victoria, observando como Jimin desistía e ingresaba al lugar- te divertirás, te lo aseguro, yo cuidare a Jungkook
-Todos me odian Hoseok- hablo con seguridad, sus ojos recorriendo el lugar, mirando con detenimiento todas aquellas personas que aún no estaban conscientes de su presencia- soy un sargento que les dijo marica desde el primer día, les arruinare la noche
-Qué moralidad- dijo con sarcasmo, sabiendo que aquello era una excusa, una excusa muy inútil- nadie sabrá de tu existencia en este lugar, él alcohol hace que te vuelvas amigable- lo empujo una vez más. Haciendo que pasara por la puerta y el sonido de la música resonará contra sus oídos- solo diviértete, no creo que hayan ebrios agresivos, además, me preocupo más por ellos que por ti- colocó una mano en su hombro, estaba seguro, nadie podría hacerle daño a alguien como Jimin
Para Hoseok el olor en aquel lugar era exquisito, miles de bebidas ligadas entre sí, era su ambiente, sin embargo, para Jimin era un sitio muy pútrido, odiaba aquella humedad en el suelo, humedad de la cual no conocía su procedencia... aunque admitía que todos parecían divertirse, no había ni una sola persona que no tuviera una bebida en su mano o estuviera quieta, algunos hasta se hallaban bailando en cortos espacios, después de todo era un bar y no una disco o antro
Jimin jamás había estado en un sitio como aquel, prefería beber solo, ni siquiera se conocía completamente ebrio; ocultó sus manos y tanteó su propia piel por medio de los bolsillos, frunciendo su ceño por aquello, la ropa de Hoseok estaba mal, no creía que fuera moda, ¿agujeros en los bolsillos? Agradecía no haber guardado nada en ese lugar
- ¿Una cerveza cariño? – se acercó una mujer de minúsculas prendas, extendiendo una botella, moviendo su lengua por sus labios, insinuando cosas que solo causaban repulsión en él; era indignante ver como los superiores tuvieron el descaro de contratar mujeres de compañía- ¿la quieres? - volvió a preguntar, esta vez sonriendo por la atención del pelirrojo, quien solo tomo el vidrio entre sus manos, alejándose de ella, sin mostrar un poco de cortesía ante la sugestiva mujer
