𝐓𝐨𝐦 𝐊𝐚𝐮𝐥𝐢𝐭𝐳, un hombre que romperá y matará hasta ser el líder de Tokio... pero en las sombras siempre estará 𝐁𝐢𝐥𝐥 𝐤𝐚𝐮𝐥𝐢𝐭𝐳 su pequeño hermanito, y tal parece que 𝐓𝐨𝐦 se olvidó de lo que puede llegar a hacer 𝐁𝐢𝐥𝐥.
Tal vez...
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𝑷𝒐𝒗'𝒔 𝑫𝒂𝒓𝒊𝒂
En el instante en que crucé el umbral del baño y mis ojos se posaron sobre mis piernas manchadas de sangre, mi corazón se aceleró, invadido por un pánico abrumador. Comencé a imaginar el peor de los escenarios posibles. Decidí examinarme a mí misma, prestando una atención meticulosa a lo que estaba sucediendo y a las sensaciones que experimentaba. Un dolor sutil en el abdomen y una incomodidad persistente en la zona pélvica me inquietaban.
Con el miedo al acecho, tomé una toalla y sequé mis piernas. Suspiré profundamente, intentando contener el nudo que se formaba en mi garganta. ¿Era realmente Bill el responsable de esto? Giré lentamente el pomo de la puerta, inclinándome un poco para asegurarme de que no hubiera nadie que pudiera verme en mi estado de semi desnudez. Afortunadamente, el pasillo estaba vacío. Corrí hasta la mitad de la sala para recoger mi ropa interior y mis shorts. Con la velocidad que mi abultado vientre me permitía, comencé a vestirme. Pero en medio del proceso, la sangre volvió a brotar de mi entrepierna justo cuando terminaba de ponerme los shorts.
Si estaba sufriendo un aborto, supuse que no querrían llevarme al hospital. Temía perder lo único que me mantenía con vida. Si mi bebé moría, ellos lo harían primero.
Corrí hasta la cocina, ideando un plan para escapar de este infierno. Me acerqué al armario y tomé varios botes de aceite. Con una desesperación que aceleraba mi corazón, comencé a abrir los botes. Busqué cerillas entre los cajones. El primero estaba vacío, pero en el segundo encontré una caja entera. Sin perder tiempo, guardé las cerillas en mi bolsillo. Tomé nuevamente los botes de aceite y los volqué, derramando su contenido por toda la alfombra. Caminé desde la cocina hasta la sala, guiándome hacia las escaleras. Al ver que los botes estaban completamente vacíos, los tiré y corrí hasta la sala, exactamente a la esquina donde había un gran ventanal que daba al patio trasero.
Saqué las cerillas de mi bolsillo y encendí unas cuantas. Las lancé en dirección al aceite que había esparcido por la sala. En el momento en que las cerillas cayeron al suelo, fue como una pequeña bomba silenciosa. El fuego se alzó y el humo comenzó a llenar la habitación. Sin perder un segundo más, corrí hacia aquel ventanal que me conduciría a la libertad.
𝑷𝒐𝒗'𝒔 𝑯𝒊𝒎
Comencé a toser al sentir el denso humo invadiendo mis pulmones... mirando la alfombra arder en llamas, rápidamente corrí en dirección a la puerta, sintiendo ligeramente el calor del fuego... conseguí llegar a la puerta, extendí rápidamente mi brazo y abrí la puerta. Mirando como Tom se giro, mientras aquella pelirroja estaba en el suelo... acariciando su mejilla, y, en cuanto Tom miro la casa corrió hasta mi... mi corazón se aceleró ligeramente, pensando que preguntaría por mi.
